La destitución de Dilma Rousseff en Brasil marca un giro en la región. A raíz de esta decisión del senado brasileño, los políticos latinoamericanos reaccionaron tras la determinicación.
Presidentes que estuvieron –y están- al frente de diferentes países sudamericanos expresaron su apoyo a la exmandataria brasileña que fue destituida sin ninguna causa probada en su contra.
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Cristina Fernández de Kirchner fue una de las más reaccionarias ante esta situación y sostuvo: "Se consumó en Brasil el golpe institucional: Nueva forma de violentar la soberanía popular". Por su parte, Venezuela retiró a su embajador y Rafael Correa, mandatario ecuatoriano, hizo lo propio con su "encargado de negocios"
Por su parte, el actual presidente, Mauricio Macri no hizo declaraciones al respecto. Si embargo, el gobierno nacional envió un comunicado en el que "respeta el proceso institucional de Brasil".
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