"Dada la situación, no puedo cumplir con el mandato para el cual fui elegida por el Partido Conservador", declaró Liz Truss frente a su residencia.
La renuncia de la primera ministra, luego de cumplir 45 días de gestión, la convirtió en la jefa del gobierno británico que menos tiempo pasó al mando del ejecutivo. Truss declaró que un nuevo proceso de votación será organizado desde su renuncia hasta el final de la próxima semana para elegir a su reemplazante.
Luego de mantener una reunión con Graham Brady, un legislador conservador de alto nivel que tiene la tarea de evaluar si el primer ministro aún cuenta con el apoyo de los miembros conservadores del Parlamento, la ministra decidió dejar su cargo.
Con las encuestas de opinión dando al Partido Laborista una ventaja grande y creciente, muchos conservadores creían que su única esperanza de evitar el olvido electoral era reemplazar a Truss. A pesar de que su renuncia no tiene vuelta atrás, no se sabe todavía quién va a remplazarla.
El partido está preocupado por evitar otra contienda de liderazgo como la carrera de hace unos meses en la que Truss derrotó al ex jefe del Tesoro, Rishi Sunak. Entre los posibles reemplazos, si los legisladores conservadores pueden estar de acuerdo, se encuentran el propio Sunak, la líder de la Cámara de los Comunes, Penny Mordaunt, y el recién nombrado jefe del Tesoro, Jeremy Hunt.
Sin embargo, desde la oposición no se quedan callados y creen que la población se merece una elección general para que puedan elegir ellos mismos a su primer ministro.
“Los conservadores no pueden responder a su último caos una vez más simplemente chasqueando los dedos y barajando a la gente en la cima sin el consentimiento del pueblo británico. Necesitamos elecciones generales, ahora”, dijo el líder de la oposición en un comunicado.
La renuncia de Truss se produjo después que la primera ministra despidiera a su jefe del Tesoro, Kwasi Kwarteng el viernes pasado, después de que el paquete económico que ambos dieron a conocer el 23 de septiembre asustó a los mercados financieros y desencadenó una crisis económica y política.
Los 45.000 millones de libras (50.000 millones de dólares) del plan en recortes de impuestos no financiados provocaron turbulencias en los mercados financieros. El Banco de Inglaterra se vio obligado a intervenir para evitar que la crisis se extendiera a la economía en general y pusiera en riesgo los fondos de pensiones.
El lunes Hunt, el reemplazo de Kwarteng, eliminó casi todos los recortes de impuestos de Truss, junto con su política energética emblemática y su promesa de no recortar el gasto público. Dijo que el gobierno necesitará ahorrar miles de millones de libras y que hay que tomar “muchas decisiones difíciles” antes de que establezca un plan fiscal a mediano plazo el 31 de octubre.
Según las reglas británicas, no es obligatorio que haya elecciones generales hasta 2024. Sin embargo, el líder laborista Keir Starmer exigió que se celebren de inmediato.
RISHI SUNAK
El exministro de Finanzas Rishi Sunak fue derrotado por Truss en la fase final del proceso de elección de un nuevo líder conservador a principios de septiembre, que fue decidido por las bases del partido, aunque era el candidato preferido de los diputados.
Multimillonario y exbanquero, de 42 años, es una figura tranquilizadora que defiende la ortodoxia fiscal.
Durante su campaña en agosto, advirtió en repetidas ocasiones que el plan de Truss de recortes fiscales sin financiación empeorarían la situación de la inflación, actualmente en su nivel más alto en décadas, y socavaría la confianza de los mercados.
Si bien la coyuntura económica reciente le dio la razón, tiene un importante argumento en su contra: muchos diputados leales a Boris Johnson lo ven como el traidor cuya dimisión en julio precipitó la caída del carismático y controvertido exprimer ministro.
PENNY MORDAUNT
La ministra encargada de las relaciones con el Parlamento, Penny Mordaunt, también compitió en julio con Truss para suceder a Johnson. En esa ocasión era la favorita entre las bases conservadoras, pero fue descartada en el último momento por los diputados.
Esta carismática exministra de Defensa, de 49 años, se lució el lunes cuando apareció en el Parlamento en sustitución de Truss para responder a la oposición, defendiendo con aplomo el giro en la política económica del Gobierno.
BORIS JOHNSON
Johnson aparece también en el escenario de alternativas, como un ave fénix.
Su aplastante triunfo electoral de 2019 dio a los conservadores una mayoría que no veían desde Margaret Thatcher, en la década de 1980.
Sin embargo, el héroe del Brexit enfrenta no pocos obstáculos que superar: su dimisión forzada hace poco más de tres meses a raíz de una multiplicación de escándalos, entre ellos el de las fiestas en su residencia oficial pese a las normas anticovid, sigue fresca y le atribuye cierta responsabilidad en la actual debacle conservadora.
Además, está por verse si Johnson, embarcado ahora a sus 58 años en una lucrativa carrera de conferenciante por todo el mundo, estaría dispuesto a asumir de nuevo el liderazgo de la formación dos años antes de unas elecciones en que las encuestas prometen una victoria aplastante de la oposición laborista.
BEN WALLACE
Entre los últimos favoritos, surge el ministro de Defensa, Ben Wallace, que había decidido no lanzarse a la carrera para consagrarse en la seguridad del país, pero en lo últimos días su nombre ha resonado como una posible figura de unidad para el partido.
Wallace, de 52 años, es un ministro muy respetado por el papel que está desempeñando en el apoyo del Reino Unido a Ucrania en medio de la guerra con Rusia, pero pareció descartar este escenario, asegurando el martes al diario The Times que quería seguir al frente de la cartera de Defensa.
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