El mandatario galo decidió -de hecho- usar una palabra soez para describir su estrategia para presionar a quienes aún no se vacunaron contra el coronavirus; Macron usó el verbo "emmerder", que viene de la palabra "merde" (mierda en español) y que en francés significa "fastidiar" o "joder".
"Queda una pequeña minoría refractaria (sin vacunarse). ¿Cómo se reduce? Se reduce, perdón por decirlo así, fastidiando todavía más. Yo no estoy para cabrear a los franceses. Echo pestes todo el día contra la Administración cuando los bloquea. Pues bien, a los no vacunados tengo muchas ganas de fastidiarlos. Y lo vamos a seguir haciendo hasta el final", fue la declaración completa.
La misma llega en medio de un acalorado debate en el Parlamento una iniciativa de su gobierno que sólo le permitiría a los vacunados contra el coronavirus acceder a restaurantes, bares, cines y lugares turísticos.
"Tenemos que decirles: a partir del 15 de enero, ya no podrán ir al restaurante. Ya no podrán ir a tomar un café, ya no podrán ir al teatro. Ya no podrán ir al cine", señaló Macron, al tiempo que añadió que su administración seguirá "limitando, en la medida de lo posible, su acceso a las actividades de la vida social".
Las declaraciones de Emmanuel Macron provocaron fuertes críticas por parte de la oposición. En particular, de la presidenta de Agrupación Nacional, Marine Le Pen, quien escribió en su cuenta de Twitter que "un presidente no debería decir eso".
"El garante de la unidad de la nación se empeña en dividirla y asume que quiere convertir a los no vacunados en ciudadanos de segunda clase. Emmanuel Macron es indigno de su cargo", señaló.
Por su parte, el líder de la plataforma política Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, calificó las palabras de Macron de "terribles". "¿Sabe el presidente de qué está hablando? La OMS dice 'convencer antes que coaccionar'". ¿Y él? 'Fastidiar más'", se lamentó.
"Habla abiertamente de fastidiar a una categoría de franceses", escribió el presidente del partido Reconquista, Éric Zemmour, que calificó la postura de Macron de "crueldad admitida".
En tanto la aspirante conservadora Valérie Pécresse, quien en las encuestas aparece con buenas posibilidades electorales, declaró que Macron ha dado muestra de "una total falta de empatía" hacia los no vacunados, de los que sostuvo también que quien amenaza con su libertad la libertad de otros es un irresponsable que, como tal, deja de ser ciudadano.
"No le corresponde al presidente de la República separar a los franceses en buenos y malos. Hay que aceptarlos como son, dirigirlos y unirlos sin insultarlos", expresó la representante del partido Los Republicanos.
Hasta ahora, 49,5 millones de franceses se han vacunado con la pauta completa, lo que constituye casi el 74% de la población de ese país.