Pese a la situación desesperante, a uno de los tres se le ocurrió filmar la escena, que parecía una película de suspenso.
Tony Luu se metió con dos amigos en el elevador para ver desde lo alto del edificio los daños causados por la tormenta de granizo que afectó a la ciudad, causando hundimientos ocasionales. Sin embargo, al alcanzar el lobby, el agua se coló por las rendijas de ventilación antes de que se abrieran las puertas del ascensor.
En la grabación se ve cómo, justo antes de que el agua irrumpa por los bajos del ascensor, el joven fuma tranquilamente. Después, ya con el agua al cuello, aparece una amiga de Luu hablando con los servicios de rescate, a los que pide que se den prisa.
Finalmente, entre los tres lograron abrir las puertas antes de la llegada de los equipos de rescate. Ninguno de los afectados resultó herido en el incidente.
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