El pequeño Ronin Coffelt cumplía años y recibió una carta de su padre Mark, quien es sargento de la Fuerza Aérea norteamericana, en la que le explicaba que estaba en una misión de ocho meses en Qatar y que no podía estar presente.
Tras la desilusión del pequeño, la madre le dijo que siguiera abriendo las cajas. De repente, se escuchó el sonido de una puerta y apareció el regalo menos esperado pero el más querido: su papá.
El niño no pudo contener la emoción y corrió a abrazarlo entre lágrimas.
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