Los aromas naturales son sumamente eróticos e incitan al placer sexual. Los árabes, expertos en gozar todos los placeres sensuales, practicaban su habilidad con los perfumes inventando la destilación de las flores, consiguiendo entre otras la deliciosa agua de rosas, compuesta por pétalos de dicha flor, almizcle y ámbar. Los bazares musulmanes constituyen hoy en día, como en el siglo X auténticas galerías donde exponen las lociones más exóticas.
Aunque en realidad, la exaltación del perfume fue inventada por la Naturaleza, quien contribuyó con más de mil materias primas: flores, hojas, tallos, raíces, especias, musgos, semillas, resinas y cortezas, que crearon las exóticas esencias que luego los perfumistas combinan para resaltar los aromas.
Las flores del naranjo, limonero y mandarino dan el fresco tono rosa, mientras que el jazmín, las violetas y las madreselvas el floral. Todas estas flores combinadas dentro de una habitación incitan al deseo sexual.
El descubrimiento de que la percepción de olores puede causar un impacto importante en los sentidos de las personas e incitando a una nueva y exhaustiva investigación acerca de los porqué del sentido del olfato.
De acuerdo a los especialistas de estos estudios, el sistema límbico se encuentra en íntima relación con el hipotálamo, la zona del cerebro que está en comunicación directa con las glándulas sexuales.
Los perfumes fuertes que contienen aceites esenciales, estimulan sexualmente, tales como el sándalo, el pachuli y el yin-yang que actúan como feromonas en las personas en el momento de la atracción sexual.