Un estudio de la Universidad de Arizona afirma que estos carritos que colmamos de productos alimenticios, entre otros, son más sucios incluso que un baño público.
La mugre del mismo es tal que sólo solo en el mango del carrito hay más de un millón de gérmenes dispuestos a meterse en el organismo de quien lo comanda por entre las góndolas.
No faltará quien se calce uno guantes quirúrgicos antes de ir al súper de la esquina...