Mohamed Salah es el mejor jugador de la actualidad en la Premier League, pero también de todo el continente africano y, puntualmente, de Egipto, que lo tenía como máxima esperanza para encarar la gran cita en Rusia 2018. Sin embargo, las ilusiones se hipotecaron con la lesión sufrida por el delantero a raíz de una polémica infracción que le cometió Sergio Ramos durante la final de la Champions League.
"Perro Ramos", "animal", "Nos vengaremos", "sucio" y otros insultos aún más violentos fueron transmitidos por anónimos en las redes sociales, pero también por analistas deportivos. De hecho, el domingo por la mañana, el periódico egipcio El-Watan expresaba su confianza en Dios para lidiar con el destino de Ramos.
Las cuentas de Facebook y Twitter de Ramos se llenaron de comentarios violentos de admiradores egipcios e internacionales en árabe, inglés o español.
Incluso se lanzó una petición en la plataforma de exchange.org, solicitando a la FIFA y la UEFA que castiguen a Ramos por "lastimar intencionadamente a Mohamed Salah". La petición ha recogido más de 241.000 firmas el domingo por la noche.
"Tipo sucio", gritaba sin parar un aficionado furioso, en medio de otros insultos y ahogado en una multitud de espectadores en estado de 'shock'. Algunas personas rompieron a llorar cuando vieron que su héroe nacional, desolado, abandonó el césped.
Sin él, las posibilidades de Egipto en la Copa del Mundo son "casi inexistentes", dijo Karim Said, editor jefe del medio digital Yalla Kora, especializado en fútbol. "El ataque (del equipo) se basa esencialmente en Salah", explica el analista.
"Perdimos a un jugador importante y Egipto puede haber perdido a un jugador importante para la Copa del Mundo", lamentó el entrenador del Liverpool, Jürgen Klopp, después de la final del sábado en la que los Reds cayeron 3-1 ante el Real Madrid.