Denuncian a fábrica de pañales en Tesei

Vecinos de Villa Tesei, partido de Hurlingham, enviaron una carta al Concejo Deliberante de ese distrito denunciando la contaminación generada por una fábrica de pañales descartables ubicada en el barrio. A través de una presentación dirigida a Hilda López, presidenta del cuerpo deliberativo local, vecinos lindantes a la Parroquia San Martín de Porres, de Villa Tesei, denunciaron que una fábrica de pañales descartables de la zona despide pelusas al aire, así como también produce ruidos molestos por la noche, que perjudican a los habitantes del lugar. Según se indica en la misiva firmada por el párroco Juan Bravo, y suscripta por cientos de pobladores del área afectada, “a través de esta carta me uno a los vecinos que ya vienen denunciado el daño que está haciendo el establecimiento; también confirmo como sacerdote que los vecinos no han obtenido mucha respuesta a los reclamos, como por ejemplo los que tienen que ver con los expedientes del municipio con número 1807/08Y21932/09. Quiero creer que este nuevo reclamo no será en vano”. La fábrica en cuestión se encuentra ubicada en la calle Alvarez Rodríguez 461 y Einstein 468, entre Jufré y Pizzagally, pegada a la Parroquia San Martín de Porres de Villa Tesei. “Antes, el lugar funcionaba como depósito, hasta que se empezó a usar para producir pañales. Hace ya 4 años que venimos padeciendo esta contaminación. Cuando hay viento, el polvo vuela por todos lados y se hace insoportable. Además, el polvillo es del preparado del pañal y tiene productos químicos”, sostuvo Bravo a este medio.
Daños materiales
Por otro lado, en la nota se afirma que los daños también son materiales, ya que se ven afectadas las viviendas. “Los vecinos no hemos dejado de sufrir daños a causa de los ruidos y desechos que produce la fábrica, como por ejemplo la constante pelusa (material desprendido de los pañales) que es expulsada hacia el aire y que se va depositando sobre el techo y entre las maderas y las tejas, en las ventanas; esta pelusa se va acumulando en forma de costra blanca -prosiguen los vecinos en la carta dirigida al Concejo- y corroe tanto estas como la tirantería del techo, además las paredes lindantes a la fábrica se han quebrado, y los vidrios de las ventanas algunos días oscilan continuamente”. En ese orden, Bravo explicó a este medio que “la fábrica elimina al exterior una pelusa, un polvillo que produce el pañal. Por otro lado, tenemos que soportar ruidos molestos por la noche, y vibraciones. La casa de uno de los vecinos presentó rajaduras en las paredes por las vibraciones”. “Hay mucha gente anciana -agregó el párroco- en los alrededores de la fábrica, y algunos presentan problemas respiratorios. El polvillo que sale de la pañalera no genera un ambiente propicio para la salud. Los vecinos no pueden abrir las ventanas de sus casas”. Otro de los inconvenientes que produce el establecimiento fabril está relacionado a la descarga de camiones semi remolques con algodón, “generando suciedad en las veredas de los vecinos; la purga de un compresor que emite un sonido ensordecedor en horas nocturnas y el vuelco de líquidos en la vía pública”. Razón por la cual los vecinos se preguntan “en qué fundamentos se basan los funcionarios municipales para afirmar que esta empresa no está dañando el medio ambiente, ya que produce contaminación sonora y ambiental”.