A poco más de dos semanas de las elecciones presidenciales, los movimientos sociales y los sindicatos siguen posicionándose rumbo al escenario político que se avecina.
La gremios más grandes de la CGT resisten la inclusión dentro de la institución de calle Azopardo de las organizaciones sociales pero también de la CTA que días atrás había decidido reunificarse con la central obrera.
Ayer se movilizaron al centro porteño grupos de desocupados del Frente Popular Darío Santillán y también del Polo Obrero -no alineados al Frente de Todos- para reclamar "contra el hambre, la pobreza y la desocupación".
Se concentraron en el Obelisco y partieron rumbo a la Secretaría de Economía Social para exigir "la continuidad de obras de mejoramiento en barrios populares de todo el país integradas en convenios firmados durante el año 2018".
Desde la cartera conducida por Carolina Stanley explicaron que la marcha fue para pedir más planes sociales y también para enviar un mensaje ante un eventual cambio de gobierno; ya Alberto Fernández había llamado a desmovilizarse en pos de garantizar la paz social.
Por tarde, desde Casa Rosada agregaron que tras la sanción de la ley de emergencia alimentaria Hacienda permitió el reajuste de partidas por $4 mil millones para reforzar comedores y centros barriales. "Pero no es automático: tiene que haber licitaciones y procedimientos. No podés ejecutar todo en 3 meses", esgrimió una calificada fuente gubernamental consultada por este medio.
La fuente consultada justificó el desbloqueo de $3 mil millones autorizada por la Superintendencia de Servicios de Salud para las obras sociales sindicales.
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"Fue para descomprimir", ponderó en una movida en la que también tallaron la propia Stanley y el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica.
Justamente los jefes sindicales el último miércoles se reunieron en la sede de UPCN con el objetivo de analizar el "proceso de unidad sindical".
Para ello además de la conducción de calle Azopardo, Héctor Daer y Carlos Acuña, y demás referentes sindicales, como el anfitrión Andrés Rodríguez, fueron convocados los integrantes de la CATT (cámara de gremios del transporte).
Es que Daer tiene un mandato de Fernández: acercar posiciones que permitan el regreso de Hugo Moyano y su corriente federal a la central obrera. "Buscan alinear al Transporte con la unidad. Daer quiere a Moyano y a la CATT adentro, es la encomienda que tiene. Pero es muy difícil. Los Moyano le mojaron la oreja a todos desde afuera", reflexionó una fuente sindical consultada.
La reunión también tuvo el objetivo de tratar la intención concreta de la CTA de los Trabajadores de volver a formar parte de la entidad obrera: es que la central de conducida por Hugo Yasky en el último plenario aprobó el retorno al histórico edificio de la calle Azopardo. De ese acto participaron el propio Daer y el candidato presidencial del Frente de Todos.
Sin embargo, muchos jefes sindicales no están de acuerdo con el regreso de la CTA. "Está en pañales el proceso de unificación. Y el acto en la CTA fue una puesta en escena".
"Tampoco pueden volver por un impedimento legal: al ser una confederación es una entidad de tercer grado y no puede asimilarse a la CGT que sólo incluye sindicatos. Y tienen otro tipo de construcción, con regionales", explicó a este diario un jefe sindical consultado.
Tampoco hay apoyo unánime a la incorporación de los movimientos sociales dentro de la estructura de calle Azopardo, lo que requeriría una modificación de los estatutos internos.
Uno de los referentes que abrió la puerta a los movimientos sociales es Juan Carlos Schmid, ex triunviro de la CGT y titular de la CATT.
Reiteró su apoyo a los grupos de trabajadores de la economía popular pero fue crítico con el titular de la CTA. "Yasky dijo que somos autónomos pero no neutrales ¿Qué quiso decir?, porque se es autónomo o no. Tal vez fue para evitar decir que es kirchnerista", disparó en declaraciones a este diario.
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