Pese a la desconfianza interna por el momento en que se abrió esta instancia de diálogo, hoy por la tarde se llevó a cabo en Casa Rosada la segunda reunión de la mesa de acción política con la que el oficialismo intenta cohesionar su mensaje de cara a las elecciones generales del 27 de octubre en las que intentará la épica de forzar un escenario de balotaje.
Luego de la primera reunión celebrada en la residencia de Olivos durante el feriado del lunes 19, como una respuesta al sacudón electoral que significó la victoria de Alberto Fernández sobre Mauricio Macri por 15 puntos, el despacho presidencial fue escenario de un nuevo cónclave. Acompañaron al jefe de Estado, Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Elisa Carrió, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, el jujeño Gerardo Morales y los legisladores radicales Mario Negri y Luis Naidenoff.
Tras el encuentro de casi dos horas, tanto el diputado como el senador oficiaron de voceros y dijeron que la reunión busca "terminar con la incertidumbre política y económica". Hubo un apoyo a las medidas económicas adoptadas para el Ejecutivo para minimizar los efectos de la devaluación post PASO y desde Interior adelantaron que dialogan con algunos ministros de Economía provinciales para evitar una catarata de reclamos en la justicia (13 provincias presentaron un amparo en la Corte Suprema).
Mientras que algunas fuentes gubernamentales desconfiaban de la viabilidad de esta instancia de diálogo -faltó el gobernador mendocino Alfredo Cornejo y titular de la UCR, alejado de las decisiones de Casa Rosada, y se sabe de la enemistad entre Carrió y el ministro Frigerio luego de que ésta lo atacara en distintas ocasiones-, en Balcarce 50 prometían que habrá nuevas ediciones en los lunes subsiguientes. Lo cierto es que esta es una reacción al problema de debilidad política que enfrenta el oficialismo tras el sacudón de las primarias.
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Desde el Patio de las Palmeras, el diputado Negri dijo que "quedan 60 días de campaña, hay que organizarse y hacer un análisis responsable del respaldo de la gente del día sábado. Igual sabemos de las dificultades que tiene el país". A su lado, el senador Naidenoff llamó a "redoblar el esfuerzo con mucha autocrítica en la campaña, como lo fueron las medidas para atenuar la devaluación".
El formoseño no esquivó la polémica existente entre los mandatarios provinciales por las medidas de aliento al consumo, eliminación del IVA en alimentos básicos, por caso, que intentan frenarlas en la justicia. "Los gobernadores extorsionan. Hay que terminar con la extorsión en la Argentina. Hay muchos argentinos que pasan una situación compleja y hay que saber interpretar el mensaje de la gente. Cuando asumió Macri, muchos gobernadores venían a buscar ayuda porque no podían pagar los sueldos, y a fines de 2018 diecinueve provincias tenían superávit. Tienen que ser responsables; la picardía la gente la percibe".
Al ser consultado sobre el futuro de la nueva mesa de acción política -ya hubo otras en 2016 y 2018-, Negri sostuvo que "hay que hablar y reconocer la emergencia".
Durante la reunión de gabinete celebrada por la mañana, en tanto, se habló de buscar una "épica" para dar vuelta el resultado de las primarias con el espaldarazo de la marcha de apoyo del sábado. En la foto de difusión se vieron varios regresos: el ex ministro de Producción Francisco "Pancho Cabrera".
"Es asesor de Macri y siempre muy cercano", justificó un vocero sobre quien venía redactando los planes para un eventual segundo gobierno. Otra fuente consultada, en tanto, sostuvo que el ex titular de Energía, Juan José Aranguren, volvió a "asesorar a Macri".
Lo cierto es que por los pasillos del palacio de gobierno circulan distintas cuentas sobre un improbable escenario de balotaje -subir la participación de los votantes al 80,5% porcentaje del padrón y que Alberto Fernández pierda 100 mil votos, es una de ellas-. Pero más allá de estas alquimias, el Ejecutivo busca gobernabilidad y renovar el ánimo. No hay que olvidar que el primer objetivo importante es que Macri pueda terminar en paz su administración y, de ese modo, convertirse en el primer presidente no peronista en concluir su mandato desde 1928, cuando Marcelo T. de Alvear entregó los atributos de mando a Hipólíto Yrigoyen.