Romina Atencio es coach y mentora de mujeres y parejas. Para cualquier consulta, comunicarse al correo electrónico [email protected]. Instagram: @diosalmica. YouTube: @rominaatenciocoaching.

Las opiniones, aunque parezcan inofensivas, pueden hacer mucho daño. El problema es que somos seres opinadores. Las opiniones forman nuestra personalidad, nuestra forma de pensar. No podemos mirar el mundo sin una mirada de opinión personal. Y cada uno de nosotros tiene una mirada diferente. Pero el problema aparece cuando la opinión del otro nos importa tanto que nos limita. Cuando la opinión del otro se transforma en una cárcel para nuestra alma. La mirada de los demás siempre va a estar presente.

Las personas tienen ojos y tienen opinión. Por ende, siempre va a haber una mirada distinta a la mía, ahí afuera, juzgando positiva o negativamente, lo que yo hago o digo. Cuando dejamos que esa opinión, o esa mirada de los demás, tome un lugar primordial, estamos enjaulando nuestra alma. ¿A qué me refiero con esto? Cuántas veces dejaste de hacer cosas por la opinión del otro?

ADEMÁS: Alerta: se vende en Argentina una pasta dental que Colgate retiró del mercado brasileño

Sin ir más lejos, el miércoles, me encontré a tomar un café con una amiga en una cafetería en Quilmes. Cuando llego, la veo que está con los cachetes súper colorados. Le pregunto: “¿no tenés calor toda abrigada?” Hacía un calor insoportable dentro de la cafetería. Ella todavía tenía puesto el abrigo. “Sí, me estoy muriendo de calor” me dijo. “Pero tengo un buzo horrible abajo de este abrigo”. La invité a que se sacara el buzo y se dejara el abrigo, como alternativa. Pero por adentro pensé: ¿realmente está dispuesta a morirse de calor con tal de qué las otras personas no vean su buzo? La respuesta era obvia, porque ya lo estaba haciendo: sí, estaba dispuesta a morirse de calor, para evitar el juicio de los demás sobre su buzo. El problema es que los demás ya estaban haciendo un juicio, seguramente sobre ella, al verla tan abrigada y toda colorada. Pero ella tenía la atención sobre el uso, porque ella tenía un juicio hecho sobre el uso de antemano.

Esto es lo que pasa siempre. La mirada del otro sólo nos afecta donde nosotros ya tenemos un juicio sobre nosotros mismos. Si yo salgo a la calle, con una ropa que amo, sobre la que estoy completamente segura de qué me queda espectacular, y que además me encanta, jamás se me va a ocurrir que otros puedan juzgarla o opinar negativamente sobre ella. Si amo mi cuerpo, y me gusta cómo me veo, ocurre lo mismo. Ahora bien, si dudé acerca de qué ropa me pondría a la mañana, y terminé eligiendo lo menos peor, con esa inseguridad en latente, porque elegí una ropa que no me gusta como me queda, o no termina de convencerme su color, o su forma, o tiene algún agujero, o está medio viejita, ya tengo un gran problema. Lo mismo ocurre si alguna parte de mi cuerpo no me gusta y trato de esconderla. Seguramente, a la primera persona que me mire con cara rara, le voy a atribuir el juicio de qué está viendo esa parte de mi cuerpo que no me gusta y está opinando sobre mí. O está viendo esa ropa que no me gusta como me queda.

atenciomiradadelotro1.jpg
El problema aparece cuando la opinión del otro nos importa tanto que nos limita.

El problema aparece cuando la opinión del otro nos importa tanto que nos limita.

ADEMÁS: Jesica Cirio: "Me retiro de los medios"

Así vamos por la vida, dejando de hacer cosas que nos gustan por miedo a que nos juzguen, dejando de tararear canciones en la calle, por miedo a que nos digan locos, dejando de vestirnos como se nos da la gana por miedo a ser discriminados o dejados de lado. Con miedo a cumplir nuestros sueños, porque alguna vez alguien nos dijo que era imposible. Así nuestra alma, se va adaptando a esa vida que le impusimos por miedo, por vergüenza. Se adapta, se achica, pero en algún momento nos pide salir. Es en ese momento,donde comienzan todos los conflictos emocionales, o de salud, que nos hacen replantearnos nuestra vida. Esos momentos en los que nos atraviesan grandes dudas, grandes decisiones, necesidad de grandes cambios.

El Alma grita a través del cuerpo. Por eso, existe una frase, que dice que el cuerpo grita lo que el alma calla. En realidad no es el alma que calla, porque el alma nunca puede estar callada. Nosotro, aprendimos a ignorarla, a tal punto, que ya no sabemos cómo escucharla. Entonces, nuestro cuerpo, a través de las enfermedades físicas, los malestares, y los desbordes emocionales, incluso, a través de las enfermedades mentales, nos muestra lo que nuestra alma intenta decirnos, pero no puede.

¿Te preguntaste alguna vez qué harías si no hubiera otros mirando? Hacete más seguido esta pregunta. Tratá de conectar con lo que tu alma desea y necesita. Los otros, van a opinar siempre, siempre. Y dejame que te diga algo aún más revelador. Hay una frase muy conocida que dice: “Lo que Juan dice de Pedro, habla más de Juan que de Pedro”. Esta frase, aunque no lo creas, tiene mucha profundidad. Cuando emitimos un juicio estamos mostrando nuestra mayor oscuridad. Estamos mostrando un deseo inconsciente de nuestra alma.

Dejame que te lo explique. Cuando alguien va a casa ajena y critica el desorden y la mugre, por ejemplo, no quiere decir que esa persona sea un desordenado... sino que esa persona ha reprimido en algún momento algún aspecto de sí mismo que se ve reflejado en el hecho de que vos, no te hayas molestado en ordenar o limpiar la casa para su llegada. Es decir, vos sos libre, libre en tu desorden por ejemplo. En cambio esa persona ha perdido libertad en algún espacio, y lo manifiesta con la crítica a tu desorden. Y así podemos seguir...

Romina Atencio

M R Romina Atencio.jpg

ADEMÁS: Yanina Latorre contó el detalles de las infidelidades de Mariana Nannis a Claudio Paul Caniggia

Reconozco en mi una gran ex crítica: mi alma solía estar muy reprimida. Lo admito. Ir descubriendo, poco a poco, la prisión de mi alma, a través de mis críticas hacia otros, fue lo mejor que pude hacer. Una invitación que te hago es que empieces a revisar que es aquello que criticás con frecuencia. Aquellas cosas que te molesta mucho en los otros. Empezar a jugar el juego de ver qué es lo que a vos te falta en eso que estás criticando, qué es aquello que te gustaría tener o ser en la persona criticada. Te quiero aclarar que no estará fácil. Porque solemos tener ese aspecto muy, pero muy reprimido.

He visto hermanos criticar a otros hermanos por su estilo de vida, cuando en el fondo le estaban envidiando a la esposa, la casa, la forma de la que vivían, la libertad mental, y muchas cosas que puedo enlistar. Pero jamás lo admitirían, porque en el fondo, tampoco lo sabían. He visto amigos, muy íntimos, pelearse por cosas muy chiquitas, cuando en el fondo, se estaban envidiando mutuamente. Es más fácil criticar que hacer el trabajo personal. Es más fácil criticar a otros, que realmente mirar adentro y darme cuenta cuáles son esas cosas de mi vida, que no quiero, que no me gustan, o que elegí guiado por el mandato. ¿Estás dispuesto a ganar libertad? ¿Estás dispuesto a mirarte, tan profundo, que te vuelvas irreconocible, pero libre?

Esta es la invitación que te dejo para este sábado. Que revises tus críticas, y que empieces a observar en las críticas de los demás su alma.

Aparecen en esta nota:

Contacto

Registro ISSN - Propiedad Intelectual: Nº: RL-2025-11499155-APN-DNDA#MJ - Domicilio Legal: Intendente Beguiristain 146 - Sarandí (1872) - Buenos Aires - Argentina Teléfono/Fax: (+5411) 4204-3161/9513 - [email protected]

Edición Nro. 15739

 

Dirección

Propietario: Man Press S.A. - Director: Francisco Nicolás Fascetto © 2017 Copyright Diario Popular - Todos los derechos reservados