Obreros de una construcción que se realizaba en una represa de Belo Monte, Brasil, hallaron una anaconda de 10 metros y con más de 400 kilogramos de peso.
El descubrimiento asombró a los trabajadores, que aseguraron notar la presencia del reptil cuando lo vieron enroscado en una retroexcavadora que utilizaban para las tareas de perforación.
Si bien se los acusó de haber matado al animal, luego se confirmó que ya había muerto al momento de ser visto por los empleados.