El sumo pontífice advirtió, en un documento de 191 páginas, que no sólo está en juego la salvación del planeta sino infinitos intereses comerciales, un mensaje que en definitiva no sorprende por las reiteradas advertencias al respecto. "Esta economía mata", dijo en más de una oportunidad.
"Mientras unos se desesperan sólo por el rédito económico y otros se obsesionan sólo por conservar o acrecentar el poder, lo que tenemos son guerras o acuerdos espurios donde lo que menos interesa a las dos partes es preservar el ambiente y cuidar a los más débiles", denuncia en su "Laudato si".
Entre otras cosas, el Papa plantea que "la mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero (...) emitidos sobre todo a causa de la actividad humana".
Concretamente, Francisco –quien da muestras de su conocimiento como perito químico- realizó una invitación a cambiar el sistema y apostar por las energías renovables: "Esto se ve potenciado especialmente por el patrón de desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles".
El Papa no olvidó su origen latinoamericano, que le sirvió para denunciar casos de explotación del Norte hacia el Sur, por parte de sociedades trasnacionales muy presentes en el continente americano. Para eso citó a los obispos de la región de Patagonia-Comahue y cómo en un documento de 2009 ya constataban que "con frecuencia las empresas que obran así son multinacionales, que hacen aquí lo que no se les permite en países desarrollados o del llamado primer mundo".
• "Hay una tendencia a privatizar el agua, aunque el acceso a ella sea un derecho del hombre".
• "Mientras tanto, los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente".
• "Algunos sectores económicos ejercen más poder que los mismos Estados. La misma política es responsable de su propio descrédito, por la corrupción y por la falta de buenas políticas públicas".
• "La deuda externa de los países pobres se ha convertido en un instrumento de control, pero no ocurre lo mismo con la deuda ecológica".
• "Muchos pobres viven en lugares particularmente afectados por fenómenos relacionados con el calentamiento, y sus medios de subsistencia dependen fuertemente de las reservas naturales y de los servicios ecosistémicos, como la agricultura, la pesca y los recursos forestales".
• "No tienen otras actividades financieras y otros recursos que les permitan adaptarse a los impactos climáticos o hacer frente a situaciones catastróficas, y poseen poco acceso a servicios sociales y a protección".
• "Los cambios del clima originan migraciones de animales y vegetales que no siempre pueden adaptarse, y esto a su vez afecta los recursos productivos de los más pobres, quienes también se ven obligados a migrar con gran incertidumbre por el futuro de sus vidas y de sus hijos".
• "Es trágico el aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la degradación ambiental, que no son reconocidos como refugiados en las convenciones internacionales y llevan el peso de sus vidas abandonadas sin protección normativa alguna".
• "Lamentablemente hay una general indiferencia ante estas tragedias, que suceden ahora mismo en distintas partes del mundo. La falta de reacciones ante estos dramas de nuestros hermanos y hermanas es un signo de la pérdida de aquel sentido de responsabilidad por nuestros semejantes sobre el cual se funda toda sociedad civil".
• "La falta de viviendas es grave en muchas partes del mundo, tanto en las zonas rurales como en las grandes ciudades, porque los presupuestos estatales sólo suelen cubrir una pequeña parte de la demanda. No sólo los pobres, sino una gran parte de la sociedad sufre serias dificultades para acceder a una vivienda propia".
• "La posesión de una vivienda tiene mucho que ver con la dignidad de las personas y con el desarrollo de las familias. Es una cuestión central de la ecología humana. Si en un lugar ya se han desarrollado conglomerados caóticos de casas precarias, se trata sobre todo de urbanizar esos barrios, no de erradicar y expulsar".
• "La calidad de vida en las ciudades tiene mucho que ver con el transporte, que suele ser causa de grandes sufrimientos para los habitantes. En las ciudades circulan muchos automóviles utilizados por una o dos personas, con lo cual el tránsito se hace complicado, el nivel de contaminación es alto, se consumen cantidades enormes de energía no renovable y se vuelve necesaria la construcción de más autopistas y lugares de estacionamiento que perjudican la trama urbana".
• "Muchos especialistas coinciden en la necesidad de priorizar el transporte público".
"Es una decisión valiente", dijo el arzobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, presidente de la Pontifica Academia de las Ciencias Sociales.
"Esta encíclica es única en la historia", comentó también el teólogo brasileño Leonardo Boff, quien adelantó que el papa Francisco le pidió que le enviase algunos de sus textos, sobre todo en los asuntos relacionados con la pobreza.
El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, saludó el mensaje: "En este año decisivo en la lucha contra el cambio climático, ese gesto sin precedentes contribuirá a reforzar la movilización de la comunidad cristiana y más ampliamente del conjunto de ciudadanos que son sensibles a los mensajes del Papa".
La Fundación Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) señaló que la encíclica supone una "llamada a la acción" para "todos, en todas partes". "Estoy muy animado de que el Papa haya trazado la intrínseca relación entre los humanos y la naturaleza y que no se puede dividir la justicia económica, social y ecológica", señaló hoy el director de la organización ecologista en el Reino Unido, David Nussbaum.
El director ejecutivo de la organización ecologista Greenpeace Internacional, Jumi Naidoo, expresó su satisfacción por la publicación del documento y dijo que se trata de una "valiosa intervención de Francisco en la lucha común de la humanidad para prevenir la catástrofe del cambio climático". "Todos, ya sean religiosos o seculares, pueden y deben responder a esta llamada para una enérgica acción urgente", agregó.