Un obispo italiano fue detenido y acusado de fraude y corrupción junto a un ex agente de los servicios secretos de ese país y un financista en una investigación impulsada por el Papa Francisco a raíz de presuntas irregularidades observadas en la gestión del banco del Vaticano.
El alto prelado detenido es Nunzio Scarano, responsable del servicio de contabilidad de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el ente que gestiona el capital inmobiliario del Vaticano.
En un primer momento se había comunicado que se trataba del obispo de Salerno, pero el detenido es un prelado que pertenece a esta archidiócesis.
Scarano ya había sido suspendido por el Vaticano de todos sus cargos después de que se supiera que la Fiscalía de Salerno lo investigaba por blanqueo de dinero por un caso de cheques justificados como donaciones de origen poco claro, por un total de 580.000 euros.
Los otros detenidos son Giovanni Maria Zito, ex agente de los servicios secretos italianos (AISI) -destituido hace algunos meses de su cargo- y Giovanni Carinzo, un intermediario financiero.
Esta operación fue practicada por la Guardia de Finanzas (policía fiscal italiana) tras la orden de la jueza de investigaciones preliminares de Roma, Barbara Callari, luego de que se detectara la entrada ilegal en Italia de 20 millones de euros desde Suiza.
Hasta el momento se desconocen más detalles sobre los delitos que se les imputan y sólo que se trata de una investigación que surgió de las varias que la Fiscalía de Roma mantiene abiertas sobre las presuntas irregularidades del IOR.
Se desconoce si en este caso también está implicado el banco del Vaticano, como ocurrió en el pasado, por la poca transparencia en la gestión de las cuentas corrientes, según despacho de EFE.