La dirección: 15 de Noviembre 2317, Parque Patricios, Ciudad de Buenos Aires. El nombre: Centro de Integración Frida (CIF). El objetivo: Darle una oportunidad a mujeres que se quedaron en la calle.
“Proyecto 7” y “No Tan Distintas, mujeres en situación de vulnerabilidad social” comparten un enfoque y una metodología de trabajo sobre la problemática de situación de calle.
A fines del 2013, junto a un conjunto de profesionales que conocen la problemática, comenzaron a planificar un nuevo Centro, recuperando la modalidad del Centro de Integración de Monteagudo (CIM, que es para hombres), pero destinado a mujeres.
El Monteagudo, tal como ya contamos desde PORTEÑO DEL SUR, es un Centro ubicado en Monteagudo 435 en el que 115 hombres, mayores de edad, viven en un enorme galpón. No solo duermen, comen y se bañan, sino que también algunos realizan los talleres que allí se dictan. Bajo el mismo espíritu, en julio de 2015 nació el Frida, que está preparado para albergar a unas 50 personas, entre mujeres, trans, niñas y niños.
La gestión del CIF está a cargo de las dos organizaciones sociales citadas: Proyecto 7 y No Tan Distintas. Desde hace años, trabajan la problemática de las personas en situación de calle y en riesgo de estarlo y, con distintas trayectorias, comparten un enfoque y una metodología de trabajo.
Frida se propone como un espacio en el que las mujeres en situación de calle pueden ser alojadas y contenidas; las concibe como protagonistas de sus historias y no las considera receptoras pasivas de servicios sino personas capaces de formular sus proyectos de vida. Muchas veces, sus experiencias se encuentran atravesadas por situaciones de violencia vinculada a su condición de mujeres y sufren las desigualdades.
En la convivencia tratan de consensuar para vivir lo mejor posible. Florencia Montes Paz, una de las coordinadoras de Frida, expresó: “Trabajar en Frida es complejo por las problemáticas que atraviesan las personas que habitan en la casa. Al llegar todas empiezan a hacer distintas cuestiones para salir de la situación de calle en la que se encuentra. Las situaciones son singulares. La mayoría llegan con alguna situación de violencia intrafamiliar. Acá ellas conocen historias de personas que sufren algo parecido y eso, en parte, las hace sentirse acompañadas”.
Y agregó: “Frida está concebido como un espacio de integración en el que se convive con la diferencia y no tanto de inclusión que nos remite más a la idea de que una persona debe insertarse en una sociedad a partir de convertirse en cierto estereotipo”.