Fue inaugurado como pulpería y almacén allá por 1802. Por La Blanqueada pasaron, entre otros, Carlos Gardel, Jorge Luis Borges y Diego Maradona. Impulsan que sea declarado de Interés Histórico de la Ciudad.

Acá venía Maradona cuando jugaba en Argentinos Juniors. Don Diego les decía a sus hijos que si se portaban bien durante la semana, los traía a La Blanqueada a comer pizza”, cuenta Juan Olea, dueño junto con Daniel Agguiar de uno de los locales gastronómicos más antiguos del país.

Inaugurada en 1802 en la esquina de las actuales avenidas Sáenz y Francisco Rabanal, “La Blanqueada” comenzó su historia como una pulpería y almacén de ramos generales que se convirtió en ocasional campo de batalla durante la Primera Invasión Inglesa.

En 1806, una columna de los soldados británicos que desembarcaron en Quilmes cruzó el Riachuelo a través del entonces llamado paso de La Noria y se enfrentaron con los criollos.

Pero no fueron los ingleses los únicos visitantes “ilustres” de La Blanqueada, ya que en más de 200 años de historia desfilaron por sus instalaciones figuras de la cultura y el deporte argentino como Carlos Gardel, Jorge Luis Borges, el ya mencionado Diego Maradona y Edgardo Cantú, integrante del plantel de Huracán campeón en 1973.

Juan le explica a PORTEÑO DEL SUR que el restaurante tiene pendiente en la Legislatura porteña un proyecto para ser declarado edificio de Interés Histórico de la ciudad, honor que ya ostentan entre otros la confitería El Molino, el Grand Hotel de Provence y la Catedral de Buenos Aires.

Según el empresario, en una de las muchas reuniones de vecinos organizadas en La Blanqueada por el gobierno porteño, un importante ex funcionario le manifestó que el proyecto estaba siendo estudiado. Pero hasta ahora no fue aprobado.

Nos vendría muy bien el reconocimiento porque este es un lugar muy importante para mucha gente. El otro día vino una señora y me contó que había enviudado poco tiempo atrás, pero que venía a comprar un pizza porque a su marido le encantaba y ella le prometió antes de morir que iba a seguir viniendo acá desde su barrio”, recuerda Olea para ejemplificar el impacto emocional que tiene este edificio.

La llegada del Metrobus al barrio de Pompeya trajo aparejada no sólo la modificación de las avenidas Sáenz y Rabanal, sino también un cambio de hábitos para todos los comercios de la zona, y La Blanqueada no fue la excepción. “Nosotros abríamos hasta bien entrada la madrugada pero como ahora no se puede estacionar en la cuadra, los clientes ya no vienen a la noche y por eso nos quedamos sólo hasta las 22, trabajando con entregas y con los clientes que pasan a comprar una pizza rumbo a su casa”, dice Olea.

El aval del Diego, malevos y sicarios

“Los napolitanos me decían: ‘Nosotros tenemos la mejor pizza del mundo’. Y yo les contestaba que creían eso porque no conocían La Blanqueada”, contó Maradona en un programa especial del recordado ciclo “Argentinos por su nombre”, que conducía Andy Kusnetzoff por El Trece.

Entrevista a Maradona en La Blanqueada

“Nosotros nos veníamos con el 44, nos bajábamos y nos comprábamos dos porciones de pizza cada uno y una gaseosa. ¡Imaginate dónde nos quedaba la pizza!”, rememoró el Diez en una entrevista concedida en la pizzería.

Otro de los ilustres visitantes de principios del siglo XX fue el malevo conocido como “El Tigre Millán” que, cuenta la leyenda, se encontraba en sus instalaciones cuando un amigo llegó a advertirle que dos sicarios lo buscaban, Millán salió corriendo pero, a media cuadra de allí, fue asesinado de dos tiros mientras desenfundaba su facón.

Desde sus inicios como pulpería, La Blanqueada ha recorrido un largo camino hasta convertirse en el local de la actualidad. A principios del siglo XX, se convirtió en un punto de encuentro de compadritos, malevos, y guitarristas, y de ahí pasó a ser una famosa fonda, conocida en toda la ciudad. Más tarde se convirtió en pizzería y así quedó hasta estos días, aunque sus dueños prefirieron darle algo de diversidad. El dueño contó que además de la famosa pizza con sus 22 variedades, otra de las especialidades de la casa son las empanadas fritas, que muchos transeúntes compran al paso. Pero además, “La Blanqueada” también cuenta con todo tipo de platos como minutas, pastas e inclusive pescados para que nadie se quede afuera de este clásico de la gastronomía.

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