Así lo arrojan los primeros resultados de las pericias. La joven habría sufrido una larga agonía
El portero Jorge Mangeri quedó ayer más comprometido en la causa por el crimen de Angeles Rawson, ya que estudios de ADN confirmaron que era suyo un cabello que estaba adherido en una soga que sujetaba los tobillos del cadáver, informaron fuentes judiciales.
En tanto, los peritos del Cuerpo Médico Forense informaron que la esperada muestra levantada en el departamento de Mangeri era tan compleja y estaba tan degradada que no se pudo identificar ningún perfil genético, ni el del portero, ni el de la víctima, ni el del genetista de la defensa, Gabriel Boselli.
En tanto, los peritos del Cuerpo Médico Forense informaron que la esperada muestra levantada en el departamento de Mangeri era tan compleja y estaba tan degradada que no se pudo identificar ningún perfil genético, ni el del portero, ni el de la víctima, ni el del genetista de la defensa, Gabriel Boselli.
Estos últimos estudios genéticos no permitieron establecer la escena primaria del crimen, como creían haber hallado la semana pasada los investigadores en la vivienda del encargado del edificio a partir de un resultado parcial de ADN, con varios puntos de coincidencia con el de Angeles.
No obstante, el ADN encontrado en la soga que el cuerpo de la chica tenía amarrada a la altura de los tobillo confirmó que Mangeri al menos acondicionó el cadáver que luego fue hallado en la Ceamse de la localidad bonaerense de José León Suárez.
Se trata del segundo rastro genético del portero hallado en la víctima, ya que debajo de sus uñas los peritos extrajeron piel producto de los rasguños que la víctima le provocó en un desesperado y vano intento de evitar que la asesinara.
En tanto, forenses oficiales y de la defensa que analizaron las causas de la muerte, concluyeron que Angeles "padeció de un período agónico prolongado" y que no fue estrangulada, sino que murió por "aplastamiento" entre la basura en la que fue hallado su cadáver.
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