Policiales
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El letrado Marcelo Biondi le preguntó a la mucama de la familia de Angeles -quien ayer prestó declaración- si sabía la preferencia sexual del hermano de la joven, pero el juez impidió que la mujer respondiera.
El abogado de Jorge Mangeri se interesó por la preferencia sexual de uno de los hermanos de Angeles Rawson, pero el juez Javier Ríos, a pedido de la querella y la fiscalía, impidió que una testigo respondiera al respecto, en otra cuestionable estrategia de la defensa del único imputado por el homicidio de la adolescente.
Esta situación ocurrió durante la declaración de Dominga Trinidad Torres, la empleada doméstica de la familia de la víctima, quien ayer amplió su declaración testimonial ante el magistrado.
Según trascendió, Torres ratificó ante el juez Ríos que el lunes 10 de junio llegó a las 8.45 al departamento "A" del edificio situado en Ravignani 2360, donde Angeles Rawson vivía con su familia, y que mientras ella estuvo en el domicilio -dijo que se retiró a las 12.45- la adolescente nunca llegó.
De acuerdo a lo indicado por voceros judiciales, la testigo sostuvo que para llegar a su lugar de trabajo viajó en colectivo (desde su casa en González Catán hasta San Justo y de allí al barrio porteño de Palermo) y que utilizó la tarjeta SUBE, la cual entregó a la Justicia para su análisis pormenorizado.
En su testimonio, Dominga Torres manifestó que mientras estuvo en el domicilio de la familia recién se dio cuenta de que Axel, el hermanastro de la chica, estaba allí cuando abrió la puerta de su dormitorio y encendió la luz.
En determinado momento, el abogado Marcelo Biondi, defensor de Mangeri, le preguntó a la testigo si ella conocía la preferencia sexual de uno de los hermanos de la adolescente y si éste tenía novia.
Antes de que la mujer intentara responder, la fiscal del caso, María Paula Asaro, y el abogado Pablo Lanusse, representante del padre de la víctima, Franklin Rawson, protestaron ente el juez Ríos, quien le llamó la atención al letrado, afirmando que se trataba de una pregunta improcedente y le ordenó a Torres que no la contestara.
La ampliación del testimonio de la empleada doméstica fue solicitado por la defensa del portero Jorge Mangeri, quienes tienen dudas respecto a si llegó a las 8.45 o lo hizo más tarde, en un dato que resulta fundamental para saber sí estaba o no en el edificio, donde ocurrió el crimen. El abogado Miguel Angel Pierri dijo, en forma reiterada y pública, por lo datos que tiene de la tarjeta SUBE de Torres, la empleada jamás pudo haber llegado antes de las 10 al edificio de Palermo desde la localidad de González Catán, donde vive.
Según trascendió, Torres ratificó ante el juez Ríos que el lunes 10 de junio llegó a las 8.45 al departamento "A" del edificio situado en Ravignani 2360, donde Angeles Rawson vivía con su familia, y que mientras ella estuvo en el domicilio -dijo que se retiró a las 12.45- la adolescente nunca llegó.
De acuerdo a lo indicado por voceros judiciales, la testigo sostuvo que para llegar a su lugar de trabajo viajó en colectivo (desde su casa en González Catán hasta San Justo y de allí al barrio porteño de Palermo) y que utilizó la tarjeta SUBE, la cual entregó a la Justicia para su análisis pormenorizado.
En determinado momento, el abogado Marcelo Biondi, defensor de Mangeri, le preguntó a la testigo si ella conocía la preferencia sexual de uno de los hermanos de la adolescente y si éste tenía novia.
Antes de que la mujer intentara responder, la fiscal del caso, María Paula Asaro, y el abogado Pablo Lanusse, representante del padre de la víctima, Franklin Rawson, protestaron ente el juez Ríos, quien le llamó la atención al letrado, afirmando que se trataba de una pregunta improcedente y le ordenó a Torres que no la contestara.
La ampliación del testimonio de la empleada doméstica fue solicitado por la defensa del portero Jorge Mangeri, quienes tienen dudas respecto a si llegó a las 8.45 o lo hizo más tarde, en un dato que resulta fundamental para saber sí estaba o no en el edificio, donde ocurrió el crimen. El abogado Miguel Angel Pierri dijo, en forma reiterada y pública, por lo datos que tiene de la tarjeta SUBE de Torres, la empleada jamás pudo haber llegado antes de las 10 al edificio de Palermo desde la localidad de González Catán, donde vive.