Un hombre de 44 años fue asesinado de un balazo en el pecho al resistirse a que dos delincuentes le robaran la moto en la puerta de su casa, en el partido bonaerense de La Matanza, tras lo cual los ladrones huyeron y la víctima murió desangrada esperando a la ambulancia, que llegó una hora y media más tarde.
El hecho ocurrió ayer, alrededor de las 17, cuando Miguel Aparicio llegaba a su vivienda, situada en la calle Paso de la Patria, casi esquina Altolaguirre, en la localidad de Aldo Bonzi.
Fuentes judiciales informaron que Aparicio había salido con su moto a comprar una gaseosa a un comercio cercano y cuando regresó fue abordado en la puerta por dos delincuentes armados que también se movilizaban en un vehículo similar.
Un vocero con acceso al expediente detalló que la víctima se resistió al robo, forcejeó con uno de los asaltantes y, a pesar de que en medio de la lucha alcanzó a arrebatarle el arma de fuego, recibió un tiro en el pecho, a la altura de la tetilla izquierda.
“Escuché el tiro y primero pensé que era un petardo. Después lo veo a Miguel que se me acerca con las manos en el pecho y me dice: ‘Me dieron en el corazón, me voy’”, contó una vecina que alcanzó a ver a los delincuentes, a los que describió como dos personas jóvenes que iban en una “motito azul”.
Luego del disparo, los motochorros huyeron sin concretar el robo, mientras que la vecina llamó al 911, tras lo cual arribó al lugar personal de la comisaría de Aldo Bonzi que halló a Aparicio muerto.
“Murió desangrado. La ambulancia tardó una hora y media en llegar”, se quejó la vecina, que contó que la víctima era “un chico que no molestaba a nadie”.
Los voceros señalaron que junto al cuerpo de Aparicio quedó tirado el revólver calibre 22 utilizado por los delincuentes, que eran intensamente buscados por los investigadores, quienes recababan testimonios de vecinos y analizaban las imágenes de unas cámaras de seguridad de la zona en busca de datos que permitan identificar a los asaltantes.
El homicidio de Aparicio generó conmoción en el barrio, donde varios vecinos salieron a la calle y se reunieron junto a la escena del crimen para reclamar justicia.
Entre ellos se encontraba un sobrino de la víctima, quien contó que su tío era “una persona muy buena” que “siempre tiraba para adelante” y que actualmente vivía solo ya que su madre había muerto hacía poco tiempo. Según el muchacho, Aparicio trabajaba como organizador de eventos y “tenía la fuerza de un toro”, por lo que no lo sorprendió que se haya resistido a que le robaran la moto. La causa quedó a cargo del fiscal José Luis Maroto de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios del Departamento Judicial La Matanza, quien estuvo en el lugar del hecho al frente de las primeras diligencias.