Leandro José Galfré, un suboficial de 39 años de la Policía de Córdoba, falleció este martes mientras realizaba una prueba física en la Escuela de Suboficiales de la provincia, con el objetivo de conseguir un ascenso.
Aunque los médicos que estaban presentes intentaron reanimarlo por 40 minutos, el agente sufrió una muerte súbita mientras realizaba la tercera etapa de los exámenes físicos.
Tras la muerte de Galfré, el comisario mayor Gabriel Bosque, director de Sanidad Policial, se refirió al caso y dijo que el área contaba con servicio de emergencia, como área protegida, pero admitió que no tenían un desfibrilador. “Lamentablemente, más allá de los esfuerzos que se hicieron, no fue posible salvarle la vida”, lamentó el comisario en Cadena 3.
Por su parte, desde el Gobierno de la provincia, emitieron un comunicado y detallaron que el suboficial “se encontraba rindiendo el test de 1.000 metros para el curso de ascenso, una prueba que es de moderada a leve, adaptada a la franja etaria”. Según las fuentes, esta nueva etapa de la actividad recién empezaba cuando Galfré se descompuso.
“El efectivo contaba con apto médico de su cardiólogo particular y estudios complementarios y apto médico laboral del mes de agosto. La actividad física estuvo supervisada por personal médico del área de la salud como así también por un profesional de la educación física”, agregó el informe oficial que fue difundido por los medios locales.
El fiscal a cargo de la investigación, Andrés Godoy, ordenó la realización de la autopsia tras la muerte del suboficial. Las conclusiones de los forenses van a ser esenciales para determinar las causas efectivas de la muerte del hombre. Además, tiene previsto tomar declaración a los testigos y a personal policial, y analizar las condiciones previas de salud de Galfré, entre otras medidas.
En paralelo a la investigación penal, la Dirección General de Control e Investigación de las Fuerzas de Seguridad confirmó a El Doce que inició su propio proceso para determinar si hubo alguna responsabilidad administrativa detrás de la tragedia y, si corresponde, aplicar algún tipo de sanción.
En diálogo con La Voz, Ariel Galfré, hermano de Leandro, contó que se enteraron de lo sucedido porque los contactó la Policía. “No lo podemos creer. Sentimos una gran pena”, lamentó.
“Él tenía hipertensión y estaba medicado. No tenía contraindicaciones para realizar actividades físicas. Nos aseguraron que fue atendido de inmediato, pero no pudieron sacarlo del paro cardíaco”, sentenció el hermano del agente.