De acuerdo con la investigación todo se originó en la madrugada del domingo cuando el detenido, Daniel Zalazar, un profesor de taekwondo de 30 años, se presentó en la casa y le reclamó a su pareja, Claudia Arias, de la misma edad, que lo reconozca como padre de la pequeña, a la que había anotado como única progenitora.
Así lo indicó la coordinadora del Ministerio Público Fiscal de Mendoza, Teresa Day, quien señaló además que Zalazar fue imputado porque "se encontraba ubicado en tiempo y en espacio" y podría afrontar una pena de prisión perpetua, por los agravantes que se sumaron a la causa.
"No existían denuncias previas contra él, ni tenía antecedentes previos de violencia", agregó, y al referirse al origen de la discusión, señaló que "el enojo era contra Arias. La beba no estaba inscripta como tal, pero él manifiesta que es su hija".
Day, en declaraciones a radio La Red de Buenos Aires, sostuvo que "hay indicios" de que el asesino "persiguió por toda la casa" al niño de ocho años que logró escapar, para esconderse en el baúl del auto que se encontraba en el garaje y avisar a su abuela sobre el salvaje crimen.
La funcionaria dijo que Zalazar presentaba heridas que podrían indicar que una de las víctimas se defendió. También señaló que el hombre declaró ante el fiscal de la causa, pero "no aportó elementos importantes" más allá de acotar: "Y bueno, me hicieron sacar".