Las menciones de delitos que más crecieron entre los presos con condena son las violaciones y la infracción a la ley de drogas. Los casos de reclusos relacionados con abuso sexual se incrementaron un 61%, pasando de 2.572 a los 4.741 actuales, mientras que los ligados al narcotráfico subieron un 37,2%, ya que en 2016 eran 2.969 y en 2017 fueron 4.074.
Al hablar de la duración de los detenidos condenados, que son 21 mil, puede observarse que casi dos tercios cumplen penas de entre 3 y 9 años.
En escala, el 11% purga hasta 3 años; el 37% de 3 a 6 años; el 25% de 6 a 9 años; el 13% de 9 a 12 años; el 8% de 12 a 15 años; el 3% de 15 a 18 años, igual porcentaje que los que purgan más de 18 años y los sentenciados a prisión o reclusión perpetua.
Por otra parte, vale señalar que casi 1 de cada 4 internos ya estuvo en la cárcel por cometer un delito. Es que el 17% fue calificado como reincidente y el 9% como reiterante, frente a la amplia mayoría (74%) de delincuentes primarios, es decir que fueron condenados por su primer hecho.
En cuanto a la progresividad, que apunta a la reinserción del interno, hay un 13% que está en la primera etapa, la de observación; un 32% que está en la fase de tratamiento; un 15% aparece en el período de prueba; y apenas un 4% goza de libertad condicional.
A la hora de hablar de beneficios, el SNEEP demostró que sólo un 4,2% de los presos goza de salidas transitorias, un 1,3% está incorporado al régimen de semilibertad, un 11% al de prelibertad; y un 4% tuvo una reducción de pena de 6 meses.
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