Un periodista de C5N fue asaltado a la salida del acceso Tigre de la autopista Panamericana por tres sujetos que lo atacaron, en momentos en que se detuvo en un semáforo, destruyendo las dos ventanillas delanteras y la luneta del auto, para amenazarlo de muerte, golpearlo y finalmente, sustraerle un bolso con su computadora y otros efectos personales, su billetera y demás pertenencias, para luego escapar en dos motos.
La modalidad de asaltos violentos perpetrados por los denominados motochorros, es decir delincuentes que llegan a la escena del hecho a bordo de motocicletas y luego escapan a toda velocidad en el mismo vehículo, representó en el primer semestre del año 7 de cada 10 hechos en la vía pública, de acuerdo a las estadísticas de las fiscalías de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano Bonaerense.
“Al promedio de 63% por ciento del año pasado, lo supera el 70% en la primera mitad de 2017. Los robos o delitos contra la propiedad en la vía pública cada vez se concentran más en delincuentes que utilizan motocicletas”, dijo una fuente del Ministerio Público Fiscal bonaerense, que entrecruza datos con la Capital Federal con el objetivo de “intentar implementar políticas preventivas, aunque se debe decir que muchos de los robos callejeros no son denunciados por las víctimas, en una cifra que se calcula representa un 30% de los casos”.
El caso descripto al comienzo tuvo como víctima a Julián Guarino, conductor del noticiero Mañanas Argentinas del canal de noticias C5N, contó detalles del hecho de inseguridad que le tocó padecer y que se registró el pasado jueves, a las 15.15, en la avenida Liniers y su cruce con la calle Carlos Gardel, a la salida del ramal Tigre, cuando regresaba a su casa en uno de los barrios del complejo habitacional Nordelta, conduciendo su Renault Fluence.
“Sufrí un asalto de una forma bastante violenta”, dijo el joven periodista, quien explicó que todo sucedió cuando con su auto había bajado de la autopista y se dirigía por avenida Liniers al Camino de los Remeros, en lo que definió como “una de las zonas más transitadas de Tigre y muy monitoreada por cámaras y con presencia policial”. Además, fue a plena luz del día y ante la mirada de otros automovilistas, transeúntes y comerciantes.
Según relató el damnificado por el asalto, cuando el semáforo se puso en rojo y tenía varios vehículos adelante, alcanzó a ver por el espejo retrovisor a dos personas corriendo por el boulevard que divide de la avenida que se acercaban corriendo, pero antes de que reaccionara, se consumó el ataque con fines de robo.
“Primero estalló el vidrio del conductor, enseguida el del acompañante y luego la luneta trasera. En pocos segundos destrozaron todo, sentí un golpe en la cara y uno de ellos me repetía: quedate quieto porque te tiro, te tiro. Sacaron las cosas que encontraron adentro del auto y me exigieron que le entregara la billetera’”, puntualizó Guarino.
“Fue un instante, entre cuatro y siete segundos, en ese breve lapso, los delincuentes, que en total eran tres, se llevaron una bolsa con compras que tenía en el asiento del acompañante, un bolso que tenía en el asiento trasero con mi computadora, donde tengo documentos de trabajo y fotos familiares y mi billetera, a la que luego una mujer encontró y devolvió a la Policía, cuando ya había radicado la denuncia. Estaba todo, tarjetas de crédito, documentos y hasta dos cheques”, sostuvo el periodista.
En el último tiempo, también viene creciendo el uso de objetos contundentes para romper los vidrios de automóviles, en el marco de los asaltos perpetrados por motochorros. Se trata de un tipo de abordaje que genera conmoción y perplejidad entre los damnificados, situación que es aprovechada por los delincuentes para arrebatar las pertenencias dentro del vehículo.
De acuerdo a las estadísticas, los principales objetos sustraídos son dinero, documentación personal, celulares, automotores y motos, que representan en su conjunto casi el 90% de los objetos robados.
Luis Vicat, licenciado en Seguridad Pública, señaló acerca de los casos con motochorros que “en los hechos de estas características hay mayor utilización de la violencia, sobre todo cuando las víctimas intentan resistencia, aunque con el método de romper los vidrios, lo que logran es que la persona robada no reaccione”.
“Es recomendable que se extremen las medidas, porque hay personas que murieron en manos de motochorros que cubren su escape a balazos o utilizando los mismo objetos contundentes’, dijo Vicat. Los motochorros atacan en combinación. “Rompen el vidrio del conductor, pero también del acompañante al mismo tiempo. La víctima queda en estado de shock”, dijo Vicat.