En diálogo con
DIARIO POPULAR, Godoy relató que tras retirarse de su casa aquella jornada, pasaron varios días sin noticias de Vicente, hasta que la preocupación derivó en desesperación. "El 6 de agosto me comunico con un joven que vivía en la misma casa y me dijo que ya había realizado la denuncia en la comisaría de la zona. Pero no me quedé tranquila, no me cerraba nada.
Mi hijo jamás dejaba de llamarme o decirme cuando hacía algo. Así que fui a la seccional, donde me confirmaron que no había ninguna denuncia por averiguación de paradero", contó la mujer.
"No se lo pudo tragar la tierra""También llamé al empleador. Porque Vicente estaba trabajando para un contratista de
La Serenísima. Estaba bien ahí, era un chico muy responsable, cumplidor y sin cosas raras. Pero el jefe me dijo que
no había ido a trabajar en los últimos días. En ese momento supe como madre que algo malo había pasado", dijo.
El joven que había mentido sobre la radicación de la denuncia fue llamado a declarar por la
Unidad Fiscal de Instrucción 5 del
Departamento Judicial de Quilmes.
"Al fiscal esta persona le dijo que me había afirmado eso porque no sabía lo que pasaba, cualquier cosa. Y parece que le creyeron porque no lo molestaron nunca más. Lo mismo que a la pareja de mi hijo. Y varias personas más que para mí son sospechosas o saben cosas.
Todos dicen lo mismo, que no saben nada. Pero a Vicente no se lo pudo tragar la tierra", señaló Godoy.
La mujer, que no detiene su lucha por conocer el destino de Vicente, se enteró con el tiempo que el muchacho, tras visitarla el 2 de agosto, estuvo en la casa de una amiga hasta las 19. Ese es el último rastro, en rigor. Además, a la mañana había concurrido a una comisaría de Florencio Varela a
denunciar el extravío del DNI, ya que le habían arrebatado la mochila regresando de su trabajo.
"Era todo falso""La primera vez que hablé con el joven que vivía con él en Quilmes, me aseguró que ya había hecho todo, que ya estaba presentada la denuncia, que buscaron en hospitales, de todo.
Pero era falso. Cuando fui a la seccional, la oficial que me atendió llamó a todas las comisarías de Quilmes y no había denuncia alguna. Luego de esto,
por supuesto que busqué una explicación, pero ya nadie de ese grupo me atendió el teléfono o me recibió", dijo Godoy.
En ese marco, todo se convirtió en un calvario para Sandra. "La fiscalía no tiene hipótesis.
Nunca hubo sospechosos para la causa, mucho menos imputados. Yo tengo claro que le pasó algo porque la gente con la que vivía forma parte de una secta religiosa muy peligrosa y lo habían convencido para formar parte. Hasta pedí que se hicieran pericias en los pozos ciegos de sus casas, pero nunca me escucharon", explicó la mujer.
Y agregó: "
Mi esperanza, después de tres años, es que la justicia tome el caso con seriedad, porque hay un joven con una vida por delante que no aparece y yo soy una madre que necesita saber qué le pasó, qué le hicieron".