El presidente Mauricio Macri admitió que la organización del G20 para el próximo año constituirá uno de los "mayores desafíos de la historia" de la Argentina. Más allá de las 50 reuniones previas, hoy comenzará la ronda en Bariloche con un encuentro de ministros de finanzas, y el mayor foco de tensión será la cumbre de líderes prevista para fines de noviembre de 2018 que tendrá lugar en Buenos Aires. En el Gobierno admiten que contarán con el "involucramiento de otros países", abriendo la puerta para la colaboración de los Estados Unidos y otras potencias en el control del espacio aéreo dada la desinversión en la que está inmersa la Fuerza Aérea.
En medio de un CCK al que asistieron unas 2 mil personas, Macri trazó los ejes que el país propondrá a los otros 19 estados miembros: el futuro del trabajo, infraestructura y desarrollo y el futuro de la alimentación sostenible.
Considerando los antecedentes de incidentes en cumbres anteriores, este año en Hamburgo se observaron notorias refriegas callejeras entre uniformados y grupos antiglobalización, el tema seguridad concentra el mayor foco de atención.
"Siempre puede haber descontento, pero que sea en paz. Estamos trabajando en seguridad, compartiendo información de inteligencia ya que va a haber un nivel de involucramiento de otros países", indicó el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en una conferencia de prensa posterior.
En momentos en que la desaparición del submarino ARA San Juan puso de manifiesto el nivel de desinversión de las FFAA, muchos expertos se preguntan si la Argentina podrá garantizar el cuidado del espacio aéreo para "los últimos días de noviembre de 2018" tal como deslizó el canciller Jorge Faurie. El funcionario confirmó que la Capital recibirá a los 19 presidentes de los otros países miembros, entre los que se destacan Donald Trump y Angela Merkel, pero no el lugar "por cuestiones de seguridad".
Según se pudo averiguar, la realización de la conferencia ministerial de la OMC, entre el 10 y el 13 de diciembre en el hotel Hilton de Puerto Madero, será una "prueba de ensayo" para la posterior cumbre de líderes del G20. Es que las medidas contempladas, el censo de los vecinos y el aislamiento del barrio con un vallado, podrían ser replicadas. También se especula que podría realizarse durante un fin de semana, cuando baja notoriamente la actividad y la circulación de personas en el microcentro porteño.