El presidente de la Nación, Alberto Fernández, y gran parte de su Gabinete participaron hoy de la misa desarrollada en la Basílica de Nuestra Señora de Luján "por la paz y la fraternidad de los argentinos".
También asistieron intendentes y referentes de organizaciones sociales, y no hubo representantes de partidos de la oposición.
El acto religioso fue convocado por el intendente de Luján, Leonardo Boto, tras el intento de magnicidio que sufrió la vicepresidenta Cristina Kirchner en la puerta de su casa de Recoleta, el pasado primero de septiembre.
En primera fila, estuvo ubicado Alberto Fernández sentado al lado del expresidente Eduardo Duhalde y del ministro del Interior, Wado de Pedro.
"Estoy muy contento, hoy comienza el reencuentro de los argentinos. Tenemos la necesidad de unirnos, el diálogo se va a imponer", afirmó Duhalde al salir de la basílica.
También estuvo presente en el servicio religioso por la paz, el jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Juan Manzur.
La homilía estuvo a cargo del arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Eduardo Scheinig, quien advirtió que el país atraviesa un "tiempo extremadamente delicado" y afirmó que la "paz social está frágil y amenazada".
"Estamos en un tiempo extremadamente delicado. La paz social está frágil y amenazada. Y somos responsables de asegurarla y cuidarla", dijo Scheinig, prelado que celebró la misa junto al obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario episcopal para la Pastoral en Villas de Emergencia, Gustavo Carrara.
"Por este motivo, cuando el Intendente de Luján me invitó a presidir esta misa, y me compartió su deseo de hacer una convocatoria amplia, hacia todas las fuerzas políticas y sus representantes, a nuestras hermanas y hermanos de otras confesiones cristianas y religiosas, para reconocernos y encontrarnos en esta oración por la ansiada paz social y el diálogo entre líderes, sentí que era una muy buena iniciativa y le dije que sí", agregó.
"La oración por la paz y la fraternidad es urgente. Y este es el espacio indicado para rezar por la Patria", resaltó el arzobispo.
Otra personalidad que dejó sus sensaciones al terminar la celebración fue el canciller Santiago Cafiero, quien expresó: "Se escuchó una palabra muy inspiradora en línea con lo que necesita la Argentina, un llamado al diálogo, una referencia y repudio por el atentado a la vicepresidenta. Que no se lesione el pacto democrático. Es una lástima que no hayan estado los dirigentes de la oposición, el Gobierno los seguirá convocando".
Fuera de la iglesia estuvieron militantes de organizaciones sociales afines al Gobierno, que se acercaron para apoyar la gestión de Alberto Fernández y repudiar el ataque a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
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