El dirigente peronista supo desconcertar al mundo futbolero cuando aseguró que Juan Domingo Perón era xeneize y no de Racing como se decía. Un hombre con cintura en la política... y en el fútbol.
"Hincha de Boca se nace", decía Antonio Cafiero. Y en esa definición se desnudaba su pasión por el fútbol y por la camiseta azul y oro.
Sin embargo, él tuvo que mostrar "cintura política" para blanquear sus predilecciones futboleras en el seno familiar, ya que su padre, fanático de River, lo hizo socio del eterno rival y a menudo lo llevaba a la vieja cancha de Avenida Alvear y Tagle.
El propio Cafiero contó que había asistido a la inauguración del Monumental y que allí, en un clásico River-Independiente en 1939, había visto el famoso gol de Vicente de la Mata, con esa apilada que quedó en la historia. Recién le comunicó la novedad a su padre cuando ya era socio también de Boca, aunque, en un curioso pacto, se acompañaban mutuamente a ambas canchas. Más tarde, varios de sus hijos "le devolvieron la pelota" y no compartieron el amor por Boca, sino que se hicieron hinchas de otros equipos.
Entre sus confesiones ligadas al mundo de la pelota, hizo ruido cuando aseguró que Juan Domingo Perón era de Boca, no de Racing como muchos siempre creyeron, y a la hora de elegir un ídolo de la infancia y la juventud, se inclinó por la entrega y la potencia de Francisco Varallo, símbolo boquense en los primeros tiempos del profesionalismo. Y para tratar de imitar al goleador, muchos fines de semana se lo vio despuntando el vicio en picados de amigos, incluso cuando ya era veterano.
Antonio Cafiero falleció horas atrás, a los 92 años. En su amplio currículum, obviamente la política ocupará el sitio central. Pero el fútbol debería figurar cerca, y tener también un espacio como rasgo distintivo de su vida.
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