Con intención de apuntarles a los jóvenes en las próximas elecciones, Cristina y el gobierno apuntan a la provincia de Buenos Aires para amurallar su electorado

Podrán hacérsele muchas críticas a Cristina Kirchner, pero nunca negar su centralidad. Que la mantuvo aun en los cuatro años en que estuvo fuera del poder. Y que retiene de manera intensa incluso cuando alternadamente se retira a un deliberado segundo plano. Aun ausente, cada vez es más notoria su omnipresencia.

Qué decir cuando ha decidido dejar de lado el perfil bajo para participar activamente en la campaña. Algunos relativizarán lo de "activamente", pero por mínimos que sean sus gestos, esa influencia es dominante. Y por cierto todo indica que la vicepresidenta ha resuelto jugar, en el que adoptó como su territorio definitivo. La base de su caudal electoral.

Como siempre, la presencia de CFK el jueves en Lomas de Zamora dejó muchas señales, más allá de los títulos periodísticos que aportó su discurso. Y sobre todo un par de confirmaciones. Por un lado, la certeza de que las encuestas que maneja el oficialismo son tan inquietantes que lo obligan a jugar la dama en esta campaña. De lo contrario, Cristina Kirchner no tendría que ponerle el cuerpo y se limitaría a ejercer el poder de su lapicera a la hora de armar las listas, como viene haciendo indefectiblemente desde hace una década.

El otro dato que dejó la participación de la exmandataria en Lomas, junto a Axel Kicillof y el dueño de casa y posible candidato -el nombre de Martín Insaurralde es uno de los que evalúan, como cara moderada para ofrecer en esta campaña-, es que preocupa al kirchnerismo una merma de adhesión que también han detectado las encuestas en un espacio que consideran "propio": los jóvenes. Y las elecciones se presentan demasiado ajustadas como para resignar nada.

¿Por qué otra cosa sino Cristina decidió hablar de tres jóvenes músicos cuyo talento más destacado son los millones de seguidores que tienen en redes sociales? Así se la vio a la expresidenta transitar un terreno no tan conocido para ella, hablando de los traperos Wos y Trueno, y del cantante de cumbia L-Gante (al que le sacó la "e" al nombrarlo). Con lo que no contaba la vicepresidenta es que LGante contradeciría la versión que ella dio en su discurso, en el que elogió el programa Conectar Igualdad que puso en marcha durante su gobierno y que discontinuó Mauricio Macri.

Al día siguiente el cantante aclaró que si bien él había hecho su primer tema -que tuvo 176 millones de reproducciones en Youtube- con una computadora de dicho programa, no se la habían entregado en la escuela, sino que él se la había cambiado por un celular al dueño original. Otro dato que desconocía Cristina es que LGante está actualmente en México y por lo tanto es uno de los miles de argentinos que no pueden regresar al país por las restricciones en los vuelos. Por ahora, el cantante lo tomó con humor: "Vamos a ver si vuelvo en el Tango-01", sugirió.

Se nota tanto que el oficialismo está preocupado por los jóvenes que ese mismo día también se dirigió a ellos el Presidente: "Les digo que lo que les está pasando no es producto de la decisión de un presidente, sino de la pandemia -aclaró-. Quiero que no vayan a recitales ahora, para que vayan el resto de su vida". Lo hizo al encabezar desde Olivos un acto del Partido Justicialista al cumplirse 47 años de la muerte de Perón. Un acto totalmente opacado por el de Cristina Kirchner en Lomas.

Ella está pensando en otra cosa: en ganar las elecciones por supuesto, pero fundamentalmente en que el oficialismo se imponga claramente en el mayor distrito del país, un resultado que no le atribuirá a su compañero de fórmula. Está claro que el gobernador bonaerense, al que acompaña en todas sus apariciones públicas, es el candidato in péctore que ella tiene para 2023.

Que en este gobierno prevalece claramente un sector que no es el que responde a quien está al frente del Poder Ejecutivo dio otra prueba lo que se resolvió con la Hidrovía Paraná Paraguay. Se cansaron desde el gobierno de decir que se mantendría la privatización, a pesar de los fuertes embates desde el kirchnerismo por la estatización del sistema. Dos semanas atrás el jefe de Gabinete insistió en que se haría un llamado a licitación internacional, y pretendió aventar las presiones hablando de la búsqueda de "un sistema mucho más preciso para definir el rol del Estado", como así también la creación de un "ente de control". Pero llamó la atención cuando el Día de la Bandera el Grupo 25 de Mayo difundió una proclama reclamando la estatización de la Hidrovía. Este movimiento aglutina a dirigentes e intelectuales entre los que sobresale la diputada Fernanda Vallejos -quien suele expresar el pensamiento vivo de CFK-, y ya había difundido su proclama fundacional en el aniversario de la Revolución de Mayo, indicándole al Presidente cómo negociar la deuda.

Lo cierto es que finalmente el gobierno tomó el control de la misma por 12 meses, tiempo en el cual se hará la licitación prometida, aunque en este contexto no sorprendería que termine prevaleciendo la postura del kirchnerismo. O bien -como sugieren muchos- que esa tarea quede en manos de los chinos, en lugar de la empresa belga que viene desarrollándola desde hace décadas.

Otra cosa en la que el gobierno debió ceder es en el tema vacunas. Todavía resuena la queja de la ministra de Salud reclamándoles a los periodistas "bajar la obsesión que tienen con Pfizer", cuando apenas un mes después Carla Vizzotti apareció junto a la secretaria de Legal y Técnica de la Presidencia detallando cómo un DNU adecuaría la Ley de Vacunas para poder finalmente acceder a los requerimientos de los laboratorios norteamericanos.

Si bien es cierto que Vilma Ibarra venía manteniendo conversaciones con representantes de Pfizer desde hacía un tiempo, lo cierto es que no había habido hasta ahora señales de un próximo entendimiento. Y lo cierto es que los acontecimientos parecieron precipitarse luego de que el oficialismo quedara feamente expuesto al tener que bloquear en Diputados el tratamiento de proyectos que permitirían modificar la ley para permitirle al gobierno comprar dosis de Pfizer para poder inmunizar a niños y adolescentes, habida cuenta de que esa vacuna es la única autorizada hasta ahora para aplicar a menores.

Una de las voces cantantes desde la oposición fue la de la mendocina Claudia Najul, que solicitó al Ejecutivo realizar las acciones necesarias y urgentes "para permitir la llegada de vacunas para niños de 12 a 18 años con enfermedades muy graves".

En su intervención, la diputada radical recordó que al armarse el plan de vacunación en la Argentina no existía ninguna vacuna autorizada para ese grupo. Pero aclaró que "desde mayo tenemos dos, Pfizer y Moderna, que están autorizadas y se están usando en el mundo para este grupo". Su par del PRO Carmen Polledo defendió el proyecto para quitar de la Ley de Vacunas la palabra "negligencia", que trabó el acuerdo con Pfizer, recordando que la misma no estaba en el proyecto original. Esa palabra fue introducida a instancias de la vicepresidenta del bloque FdT, Cecilia Moreau. Difícilmente lo haya sugerido sin consultarlo; lo más probable es que haya sido al revés: los "librepensadores" no suelen prevalecer en los oficialismos.

El presidente de la Comisión de Salud, Pablo Yedlin, explicó que si bien al día de hoy "hay un solo laboratorio que tiene autorizada la vacunación para menores de 18", ya ha habido pruebas de la Sinovac que "ha demostrado en China su efectividad". Y expresó su confianza en que pronto habría muchos más laboratorios habilitados. Aseguró que en su bloque había voluntad para "realizar los ajustes necesarios a la ley para conseguir la cantidad y el tipo de vacunas necesarias para todos los argentinos", pero a la hora de votar, se rechazó la moción para tratar el proyecto sobre tablas.

Esa misma noche el oficialismo hizo circular la versión de que había un decreto en marcha para salvar la situación, y con el correr de las horas la especie cobró más fuerza. Al día siguiente Vilma Ibarra y Carla Vizzotti anunciaron la publicación inminente de ese DNU que entre otros temas elimina la palabra "negligencia" como atributo de responsabilidad del proveedor, y quedó flotando la sensación de que el gobierno había cambiado su postura ante la convicción de que el tema se les vendría en contra. Fue como con la apertura de las escuelas, resuelta antes de que los parámetros utilizados para tenerlas cerradas hubieran cambiado.

El argumento utilizado por la secretaria de Legal y Técnica fue que "los tiempos del Congreso" conspiran con el apuro que la situación exige. Lo cual resulta curioso, dada la postura oficial anterior. Ibarra utilizó otra frase que inquietó a los legisladores: "El Congreso no está previsto para responder en épocas de pandemia".

Como sea, la oposición avalará el DNU. Pero con una fuerte objeción compartida por constitucionalistas respecto de lo inquietante que resulta que una ley pueda cambiarse a través de un DNU.

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