La provincia de Buenos Aires se aproxima a una decisión histórica, cuál es la de realizar elecciones separadas e independientes de la convocatoria de elecciones nacionales.
El próximo 7 de febrero, en un lugar a determinar de la capital provincial, la ciudad de La Plata, se reunirá por tercera vez la comisión bicameral especial que se conformó en la legislatura bonaerense para evaluar la posibilidad de avanzar en reformas electorales. Se espera que para antes de que finalice el mes de febrero el organismo dé a conocer el dictamen final sobre las posibilidades y formas de realizar reformas para ser aplicadas este mismo año o en el siguiente turno electoral. Ese informe no será vinculante, pero tendrá un mensaje implícito.
Como se sabe, y tal como se viene informando, el gran debate es la posibilidad de que los cargos electivos en la provincia; esto es gobernador y vicegobernador, diputados y senadores provinciales e Intendentes, concejales y consejeros escolares; se elijan en convocatoria separada de la elección de cargos nacionales o supranacionales, es decir de la elección de presidente y vicepresidente, diputados nacionales, en caso de que corresponda senadores nacionales, y legisladores del Parlasur, también en el caso que correspondiera.
La particularidad que el principal distrito de la República tiene, desde la recuperación democrática hasta aquí, es que sus comicios provinciales fueron desarrollados en el mismo acto que los comicios nacionales de forma tal que hasta la boleta, sábana horizontal, ni siquiera separa los cuerpos provinciales de los nacionales.
Hay excepciones a la regla, por supuesto. Néstor Kirchner fue electo presidente en elecciones desdobladas. La precariedad institucional que se vivía en esos tiempos forzó un llamado anticipado de elecciones nacionales que no arrastró a las provinciales.
Pero a pesar de haber llegado a la cúspide del poder nacional en elecciones desdobladas, Néstor Kirchner tuvo una obsesión con el poder político bonaerense; buscó a través de varios métodos la manera de ‘atar’ la voluntad política local y provincial a un esquema electoral que no atentara con el poder nacional que él ostentaba.
La lógica kirchnerista pretendía ampliar lo más posible la base de la pirámide, que como se sabe, converge en un único vértice superior. En términos chabacanes era evitar por todos los medios que los referentes locales e intendentes no solo no se despeguen de las boletas nacionales, sino que además contribuyan al éxito de esta. El dato más concreto, en este sentido, que está vigente en la provincia, son las PASO unificadas con la nacional por ley. Específicamente, la normativa dice, textualmente, que deben desarrollarse ‘el mismo día’.
Los senadores bonaerenses habían osado, cuando trataron el proyecto de Ley de PASO, darle la posibilidad al Poder Ejecutivo provincial de convocar con cierta independencia y tuvieron que borrar con el codo lo que escribieron con la mano, luego de la intervención política que desde Casa Rosada se hizo, léase Néstor Kirchner.
Es decir, antes de que Cambiemos llegue al poder, tanto en la provincia como en nación, existió un claro intento político de juntar el destino bonaerense, para bien o para mal, al del gobierno nacional, intento político que se desplegó, fundamentalmente, desde el Gobierno nacional y con el peronismo como el principal actor político.Cuando en el debate actual desde el peronismo se sostiene que hay una intencionalidad, o especulación, política detrás del intento de reforma, desde Cambiemos empiezan a contestar, por lo bajo por ahora, que el actual marco normativo ‘también la tiene’, y agregan convencidos ‘es la forma final que encontró el kirchnerismo para castigar a la provincia’.
No menos cierto es que mucha dirigencia del oficialismo entiende que desdoblar favorece en varios sentidos al oficialismo. Por un lado, el principal activo electoral de espacio participa de la competencia, María Eugenia Vidal, sin el hipotético ‘freno’ o ‘techo’ que le imprimiría la candidatura presidencial de Mauricio Macri. Pero además entienden que sus adversarios, el peronismo, en principio, se queda sin su principal estrella, Cristina Fernández de Kirchner, en la competencia provincial, que no garantiza triunfo, pero sí piso alto y orden político.
En el fondo, aparece la idea de cambiar definitivamente con la lógica electoral de ‘convergencia en el vértice’ e ir a una dispersión que vaya descomprimiendo la competencia presidencial final.
Desde Cambiemos lo dicen por lo bajo y en off, porque todos son conscientes que los pasos que eventualmente se pueden dar serán en consenso, no solamente entre las máximas autoridades del espacio político, sino que además deberá contar con algún guiño de otros sectores de la política nacional y provincial.En definitiva, los 18 legisladores, capitaneados por el presidente de la Cámara de Diputados Manuel Mosca, saben que podrán ser ellos los que finalmente den la noticia, mas no los que tomen la decisión de ir a elecciones independientes de la convocatoria a elecciones nacionales.
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