En el gobierno se mostraron sorprendidos con el fallo judicial que intervino el PJ: rechazaron las acusaciones del kirchnerismo sobre una supuesta operación oficial para coadyuvar a Luis Barrionuevo a alzarse con la conducción del partido. “No tuvimos nada que ver y queda claro que nada nos une al perfil de quien eligieron como interventor”, señaló un alto funcionario consultado por este diario.
La resolución que depositó al gastronómico al frente del edificio de la calle Matheu conmocionó al partido fundado por Perón, que sigue dirimiendo su interna tras la salida de Cristina Kirchner de la Presidencia. En el oficialismo, con todo, de alguna manera celebran esta dispersión de los dirigentes del principal partido opositor que aumentan sus chances pensando en las elecciones del año próximo.
En Casa Rosada se mostraron ajenos al escándalo e incluso dijeron que nada de esto alterará el vínculo que mantienen con los gobernadores peronistas. “Ayer estuvimos hablando con Gioja y evitando que haya un desalojo por la fuerza. No queremos incidentes. Nos sorprendió el fallo y viendo la elección de Barrionuevo, está claro que no tuvimos nada que ver”, contó el influyente integrante del gabinete consultado.
En este sentido, descartó que vayan a surgir problemas en el diálogo con los gobernadores. “Ellos construyen por otro lado, no les preocupa lo que pase con un sello. Incluso muy pocos iban a concurrir a la reunión de hoy a la tarde convocada por Gioja”, amplió. Se trata del cónclave al que había convocado el ex gobernador sanjuanino a dirigentes justicialistas en una oficina del centro porteño para trazar una estrategia política. Y en efecto, sólo fue Rodríguez Saá.
Para el gobierno, la determinación de María Romilda Servini de Cubría está vinculada “al enfrentamiento que vive un sector del PJ ligado al kirchnerismo y otro más independiente”. Cuando se lo consultó por la influencia de Eduardo Duhalde, quien en varias ocasiones había reclamado la intervención del partido, el funcionario dijo que “bueno, Duhalde está vinculado al sector menos afín” al kirchnerismo.
En el macrismo consideran que los gobernadores, tal como hicieron en las reuniones de La Pedrera y Guayleguaychú, buscarán despegarse de estas tensiones. “Muchos van a construir por otro lado”, sentenció el funcionario, al tiempo que reconoció que la disputa interna del principal partido de oposición “nos conviene, la verdad que sí”, pensando en las elecciones presidenciales y distritales de 2019. Por caso, la división del justicialismo en tres espacios en la provincia de Buenos Aires fue fundamental para la victoria en las legislativas del año pasado.
“No podemos opinar sobre un tema institucional de un partido de la oposición. Es algo que concierne a ellos y en todo caso al juzgado que decretó la intervención”, sentenció, a su turno, un cercano colaborador del presidente.
Una fuente sindical vinculada a las 62 Organizaciones admitió este miércoles que jurídicamente la presentación barrionuevista no debería pasar la apelación de un tribunal del alzada. “Pero esto viene con mucho empuje político. Por eso se resolvió tan rápidamente en el juzgado de Servini”, advirtió.
La fuente alejada del universo kirchnerista, sin embargo, opinó de la misma forma que los principales dirigentes de Unidad Ciudadana: ve la mano del gobierno detrás del fallo que expulsó a José Luis Gioja del sillón de la sede de calle Matheu. En las últimas horas Máximo Kirchner había disparado que la intervención “no tiene sentido” y se ejecutó “porque el gobierno no puede garantizar una victoria en 2019”.
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