El gobernador bonaerense Axel Kicillof participó formalmente a los legisladores para que se sumen a su gobierno y pidió que les voten las leyes de emergencia que estaría girando a la legislatura en las próximas horas. Al mismo tiempo, supeditó el envío del Presupuesto 2020 a la presentación del Presupuesto Nacional.
El acto de jura formal tuvo algo más de una hora de retraso pero contó con la presencia de las dos máxima autoridades actuales de la República, lo que constituye un hecho inédito de la historia inmediata de la provincia.
Pues en el palco oficial, junto a la familia del gobernador estuvieron el presidente Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, además de otras importantes autoridades, como el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa.
En estos tres nombres tal vez aparezca la primera particularidad, pero en términos generales, fue atípica, por lo numerosa, la presencia de autoridades nacionales en la jura de Kicillof; al margen que hubo tres ex gobernadores presente, Felipe Solá, Daniel Scioli y María Eugenia Vidal.
La gobernadora saliente le entregó los atributos del poder a Kicillof y Verónica Margario le tomó el juramente de rigor, y a continuación la fórmula nacional, al igual que la formula saliente, se retiraron de la ceremonia no sin antes escuchar la marcha peronista que fue entonada a viva voz por una parcialidad mayoritaria.
Los caminos de las autoridades nacionales se bifurcaron. Mientras el presidente tuvo que ir a recibir una delegación de Estados Unidos presidida por el subsecretario de Estado, Michael Kozak; la vicepresidente CFK se dirigió a Quilmes para participar de la asunción de la intendente electa Mayra Mendoza.
Junto a Cristina, Mayra juró como intendenta
Sin salirse de los discursos desplegados en la campaña, el gobernador Kicillof, comenzó su alocución; ante una concurrida platea de autoridades políticas, eclesiásticas y judiciales, y legisladores, tanto del orden provincial como nacional; resaltando la importancia del 'resultado’ electoral, algo que describió como un 'rechazo’, por un lado, y una 'esperanza’, por otro.
Fue interrumpido por aplausos en unas 50 ocasiones y le llevó una hora diez minutos transmitir su primer mensaje como gobernador. Cuando planteó la defensa de la educación pública y el reconocimiento a los maestros tal vez haya logrado el mayor aplauso, sin contar el del final.
Kicillof resaltó la profundidad de la crisis que amerita entrar en emergencia rápidamente, algo que la provincia está acostumbrada; pero hizo especial énfasis en las emergencias en Educación y para el sector Pymes.
Pero lo que más caló en la platea de profesionales de la política del discurso de Kicillof es la descripción económica que realiza el mandatario, donde se conjugan varios frentes; como los ingresos genuinos y propios, el gasto, la coparticipación, el déficit y la deuda, entre otros; y allí lo que 'no dijo’ fue la más importante.
El diagnóstico, según entienden, inexorablemente desemboca en un 'impuestazo’, según los opositores, y más mesurados, los oficialistas, hablan de 'retrotraer’ las políticas seguidas por Economía, en estos últimos tiempos, que bajaba las alícuotas del impuesto a los Ingresos Brutos. Se calcula que estas bajas significaron en 2019 unos 45 mil millones de pesos menos para las arcas del Estado provincial.