La jueza de Nueva York, Loretta A. Preska confirmó la medida contra Argentina, en el marco del juicio por la expropiación de YPF concretada en 2012.
La jueza de la Corte de Distrito Sur de Nueva York, Loretta A. Preska, confirmó que desde este jueves se pueden activar embargos contra activos de la Argentina, en el marco del juicio por la expropiación de la petrolera YPF, resuelta en 2012 por el gobierno de Cristina Kirchner.
Esta medida no era la esperada por el gobierno de Javier Milei, ya que Preska resolvió que sea este 10 de enero (ayer) la fecha límite para que la Argentina presente garantías y así evitar embargos durante la apelación del fallo por la nacionalización de la empresa.
Por este motivo, el estudio inglés Burford Capital -que compró los derechos del juicio con el Estado argentino- tiene la potestad de solicitar a partir de este jueves la incautación y el embargo de activos de la Argentina. Los demandantes podrán comenzar con los pedidos ubicados en Estados Unidos y en el resto del mundo.
Burford precisó -en una nota enviada a inversores en septiembre ultimo- que compró derechos de litigio al accionista minoritario de YPF Petersen por el 61% de sus tenencias, y que luego vendió cerca de la mitad a terceros inversores. Por lo tanto Petersen (familia Eskenazi) conservaría el resto y también sería beneficiario del juicio.
La decisión de la jueza supone un duro golpe para Argentina, que apeló la sentencia dictada en septiembre por la jueza de distrito Loretta Preska, la mayor de la historia dictada por el tribunal federal de Manhattan.
El fallo se produjo después de que Argentina incumpliera el plazo del 10 de enero para acreditar sus activos en garantía. Recientemente, Javier Milei, confirmó la creación de la 'tasa Kicillof' para comenzar a pagar la deuda, ante la falta de presupuesto para hacer frente a este dictamen judicial.
Esta tasa permitiría pagar esa deuda con un bono perpetuo, obligando a los argentinos a abonar todos los años una determinada cantidad de dólares. Para Milei, esta es la única forma de hacer frente al "error monstruoso" de Axel Kicillof, en la época en la que fue ministro de Economía bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
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