Un decisión tan polémica como válida tomó la Librería Sudestada al informar que no venderá el libro "Primer Tiempo", escrito por el ex presidente Mauricio Macri, debido a cuestiones ideológicas que los ponen en la vereda de enfrente de quien dirigió el país entre diciembre del 2015 y 2019.
“En Librería Sudestada elegimos qué vender y qué no. Desde hace 20 años elegimos el camino de la autogestión, somos de la escuela de Osvaldo Bayer, de Fabián Polosecki, de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”, arranca el hilo de tweets, que está ilustrado con una foto de la portada del libro de Macri al que le añadieron un tomatazo en la frente del ex presidente.
El hilo no terminó ahí: "Entendemos a la cultura y la política como herramientas de construcción para un mundo más justo y solidario, no aceptamos la reducción de condenas a genocidas ni la meritocracia como estandarte odiador de clase".
Y sigue: "La política no es un juego de primeros y segundos tiempos, es mejorar las condiciones de vida de la gente que en nuestro país bajo el gobierno de Macri llegó al 50 por ciento de pobreza".
"El país de los Macri es un país para pocos, un modelo que arruinó a miles de comercios y emprendimientos y coopertivas por falta de apoyo, que pensó que con la inédita y millonaria deuda usurera del FMI iba a poder seguir jugando a la política", continúa.
"No tienen nada que aportar. No vamos a difundir sus mensajes de mentira y pose pro. Porque ellos, como dice el filósofo Gustavo Varela “No son conservadores ni ilustrados. Son gentes a pura eficiencia y con muchos recursos técnicos", sigue el hilo.
"No tienen cultura, apenas aquella necesaria para el desplazamiento. En general son iletrados, de bostezo fácil frente a un libro. Con ellos no tenemos nada que ver, no cuenten con nosotros", agrega.
"Busquen el libro en otra parte, acá tenemos muchos otros para pensar y debatir ideas. Y que los eunucos sigan bufando", finaliza.
"Primer tiempo": comenzó la preventa del libro de Macri
Algunos catalogaron la acción como un mensaje de censura, otros aplaudieron la decisión.
"Saben quienes prohibían libros? LOS NAZIS", contestó otra twittera. Y a ella le respondieron, también con dureza: "Una cosa es que un gobierno prohíba un libro y otra que una librería o editorial no quiera comercializarlo (opciones del libre mercado que tanto se pide), Pequeña diferencia ¿no?"
Más allá de estas opiniones, como otra decenas que se reflejaron en la red social del pajarito, la librería no está cometiendo ningún delito. ¿Es un acto de censura? No, porque los que quieran comprar el libro podrán hacerlo en otras librerías. En todo caso, habrá que ver si esa política le resta o no clientes para el futuro, pero ese es otro tema.
Lo cierto es que la grieta parece más abierta que nunca y eso no es nada bueno para el país.
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