El cimbronazo que produjo en la economía doméstica la crisis política en Brasil sumado al recorte en las proyecciones sobre el crecimiento del PBI para este año que, por esta causa, deslizaron algunos economistas, son tomados “con preocupación” por el gobierno que igualmente ayer expuso cierta cautela hasta tanto se observe cuál será el devenir de los sucesos que hacen tambalear a la administración de Michel Temer.
Según se pudo averiguar, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, no dialogó ayer con el presidente Mauricio Macri tras el sacudón que produjo en la Bolsa local y en la cotización del dólar (cerró en $16,27) la crisis política de Brasil.
Incluso el dólar futuro subió 50 centavos y es estimado para los mercados a diciembre a $19,97.
Sin embargo, en el oficialismo aducen que no se han encendido las luces de alarma en el Palacio de Hacienda con la escalada del billete verde y el brusco descenso del Merbal (-2,95%) registrado en la jornada de ayer.
En ese sentido, algunos analistas deslizaron ayer que las proyecciones sobre crecimiento de la economía en 2017, del orden del 3%, podrían ajustarse por la caída en la economía de Brasil a la cual está atada la suerte de las cuentas y la actividad en Argentina.
“No podemos meternos en asuntos externos. Es un tema político que habrá que esperar cuál será su evolución”, amplió la fuente consultada.
En este marco, el economista Dante Sica, cercano a los planes trazados por el oficialismo, declaró ayer a una radio que “lo de Temer puede retrasar el crecimiento de Brasil y por cada punto que crece, Argentina crece 0,25”.
Al ahondar sobre la cuestión, Sica explicó que “cuánto más rápido se resuelva este conflicto más leve va a ser el impacto en nuestra economía”.
Lo cierto es que en el gobierno aún no quieren arriesgar pronósticos pero esperan que el tremendo remezón que sacudió la estantería del gigante sudamericano pase lo más rápido posible.