Los posibles negocios -litio, energía nuclear y tecnología celular- generan incertidumbre en ámbitos empresariales. Y dentro de la propia coalición gobernante.
Alberto Fernández y su colega Xi-Jinping firmaron este domingo, en Beijing, la incorporación de la Argentina a la Franja y Ruta de la Seda, una iniciativa de China para estimular el flujo del comercio y las inversiones, con un financiamiento por más de 23 mil millones de dólares. La sintonía entre ambos mandatarios fue tan buena que que el presidente argentino le dijo a su par chino que si hubiese nacido en Argentina sería "peronista".
El monto del acuerdo es importante y luce positivo. Pero algunos empresarios y ciertos miembros de la coalición gobernante están preocupados por los posibles negocios que Argentina hará con China en sectores estratégicos y sensibles como el litio, la energía nuclear y la tecnología celular.
Es difícil determinar cuál de los tres ejes genera más incertidumbre. Por ahora, lo más avanzado es una fuerte inversión de China (unos 8.000 millones de dólares) para desarrollar la central Atucha III.
El acuerdo ya fue firmado de manera digital entre Axel Kicillof y la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC). Lo que genera preocupación en algunos sectores es el hecho de que Argentina quede atada a la tecnología china en un tema tan sensible como la energía atómica. Cabe recordar que Argentina exporta reactores nucleares al mundo.
En el mismo sentido preocupa lo que pueda cerrar la comitiva que acompaña al presidente con el gobierno chino en materia de tecnología 5G, ya que la presencia del gigante Huawei -la segunda fábrica mundial de celulares del mundo- en este desarrollo es visto como un peligro por algunos otros actores del sector, que aseguran que la mayor velocidad de conexión será un buen punto para espiar más aún a los usuarios.
El negocio del litio está atado de alguna manera a la tecnología celular, ya que las baterías de los teléfonos son de litio. El noroeste argentino (Salta, Catamarca y Jujuy, especialmente) posee grandes reservas de este commoditie tan codiciado hoy. Para China es clave asegurarse inversiones en nuestro país con acceso al litio.
Estos temas, sumados a la posibilidad de que se produzcan en el país las vacunas Sinopharm de origen chino, le ponen el broche a una semana muy agitada para el Gobierno, que comenzó con la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque del Frente de Todos tras el principio de acuerdo con el FMI, lo que desató -una vez más- una fuerte tormenta dentro de la coalición gobernante y generó más de una especulación sobre cuál será el futuro político hijo de Néstor y Cristina Kirchner.
Mientras en el Congreso Sergio Massa se prepara para tratar de conseguir la mayor cantidad de votos posibles propios (algunos de los integrantes de La Cámpora están dispuestos a dar quórum pero no a dar su voto) para aprobar el acuerdo alcanzado con el FMI, en la oposición también tienen sus diferencias.
El núcleo duro del PRO quiere desestimar el acuerdo pero el radicalismo se muestra más conciliador y prefiere esperar "a conocer la letra chica del acuerdo", tal como dijo Gerardo Morales, gobernador de Jujuy.
Con gestos de simpatía hacia Rusia y acuerdos comerciales y políticos con China, Alberto Fernández se prepara para enfrentar a su regreso el inmenso tsunami que será tratar de aprobar en el Congreso el acuerdo que tanto le costó alcanzar con el FMI. Con un agregado fundamental: las proyecciones de los especialistas que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central aseguran que este año la inflación será del 57,9%. Y bajar la inflación es uno de los puntos que pide el FMI en el marco del acuerdo.
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