Las diferencias entre el presidente y su vicepresidenta son cada día más notorias. La nominación de Ariel Lijo a la Corte Suprema.

Victoria Villarruel y Javier Milei están cada vez más distanciados. El martes por la mañana la vicepresidenta no participó de la reunión de Gabinete que se realizó en la Casa Rosada, por la tarde criticó la postulación del juez Ariel Lijo como posible futuro miembro de la Corte Suprema, y finalmente terminó el día convocando a una sesión especial del Senado para el próximo jueves en la que propuso que se trate el aumento de las dietas de los senadores.

“Como Presidente del Senado convoqué a sesión especial el jueves a las 10 para que los senadores debatan sobre el aumento de sus sueldos. De frente y en forma pública. Nominalmente y exponiendo sus posiciones. Así terminamos con las sobreactuaciones que parasitan a la política argentina en todos los órdenes y que nos tienen angustiados a los argentinos”, escribió la vicepresidenta en la red social X.

Si bien la decisión de convocar a un debate en el Senado sobre el tema del aumento de las dietas coincide con el reclamo de Milei que criticó duramente a los representantes de la Cámara Alta por haberse subido el sueldo, es curioso como la vicepresidenta hace referencia a “la sobreactuación”, sin precisar a quién se refiere. “Regalados son caros”, había dicho el presidente apenas se enteró del aumento de las dietas.

ADEMÁS: Villarruel convocó a una sesión especial para retrotraer el aumento de las dietas

Las cosas no están nada bien entre el presidente y la vicepresidenta. Hace tiempo que existe una distancia entre Milei y Villarruel que parece ensancharse cada día más. Algunos dicen que es producto del enfrentamiento que existe entre la vice y la hermana del presidente, Karina Milei. Pero hasta la semana pasada todo se mantenía dentro de ciertos parámetros de discreción. Sin embargo, en las últimas horas, todo ha comenzado a ser más evidente y transparente. Villarruel siente que la “ningunean” desde la Rosada, y ya no parece dispuesta a hacer nada para disimularlo.

Rechazo a la nominación de Ariel Lijo

“No creo que haya sido la mejor elección y simplemente ha sido una candidatura controversial. Todos hubiéramos querido tener un candidato, que nos enorgullezca, que va a poder desenvolver la más alta judicatura con la suficiente rectitud, honestidad y sabiduría posible; y no es este el caso”, sostuvo Villarruel, en un nuevo gesto de distanciamiento del gobierno de Milei.

La vicepresidenta habló del tema en un almuerzo en el Colegio de Abogados de la Ciudad, del que forma parte. Y lo hizo cuando faltaban apenas horas para que el juez Ariel Lijo se presente este miércoles a las 10 en audiencia pública ante la Comisión de Acuerdos del Congreso, ante la que deberá defender su nominación y someterse a las preguntas que le quieran formular los legisladores si aspira a reemplazar a Juan Carlos Maqueda, quien el próximo 29 de diciembre cumplirá 75 años y deberá dejar su lugar en el máximo tribunal.

“Mi opinión respecto de Lijo es pública. La he expresado. No estoy de acuerdo con la candidatura. Por razones prácticas, está remplazando a una mujer. Es un juez que ha lesionado mucho los vínculos a raíz de su candidatura, entre aquellos que están a favor o en contra. Es un juez que no contaría con los pergaminos necesarios para ser juez de la Corte Suprema de la Nación”, sentenció Villarruel.

Las declaraciones de la vicepresidenta cayeron como un balde de agua fría en la Rosada. Sin embargo, hubo quien recordó que Villarruel ya había explicitado su rechazo a la nominación de Lijo en la única entrevista que brindó desde su asunción. Pero ayer lo recordó. Y esto no fue bien recibido en Gobierno.

Durante el almuerzo en el Colegio de Abogados le preguntaron a la vicepresidenta sobre sus diferencias con Milei. “Tengo claro que soy la vicepresidente de su Gobierno. Mi lealtad y mi apoyo son totales. Eso no significa que no pueda tener diferencias. Me preocupa que se cree la idea de un Gobierno dividido. No hay un Gobierno que esté viviendo una pelea en su seno. Está viviendo su maduración mientras está en el Gobierno”, dijo Villarruel.

Sin embargo, en el círculo íntimo el presidente existen molestias porque aseguran que la vicepresidenta mantiene un fluido diálogo con Mauricio Macri, algo que comenzó apenas arrancó el gobierno de La Libertad Avanza. Y por eso desconfían de Villarruel, quien cada vez que puede deja en claro que maneja su propia agenda.

El próximo jueves eso volverá a quedar claro, ya que la vicepresidenta no sólo convocó a una sesión especial para tratar el aumento de las dietas de los senadores, sino que incluyó en la orden del día un proyecto del kirchnernista José Mayans que propone un tope máximo para los sueldos de autoridades de los tres poderes del Estado, entre los que están el Presidente, los jueces de la Corte Suprema y otros cargos políticos. ¿Lo habrá consultado con Milei?

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