Al no ingresar a la velocidad esperada la segunda dosis de la vacuna Sputnik V desde Rusia, el Gobierno vio bien la donación de EE.UU. de vacunas de Moderna.

Puede ser que sea sólo una coincidencia, pero en política no hay que desmerecer la importancia del manejo de los tiempos, en particular cuando se trata de un año electoral. De modo que llama la atención que justo cuando las dosis del segundo componente de la vacuna de Rusia escasean —o al menos no ingresan a la velocidad que haría falta—, los planetas parecen haberse alineado para que puedan llegar los 3,5 millones de dosis de Moderna que el gobierno de Estados Unidos le donó a la Argentina.

En la Casa Rosada disimularon muy poco la alegría generada por la llegada de estas dosis. El presidente Alberto Fernández le agradeció a su par Joe Biden y aseguró que “esta donación del gobierno de Estados Unidos es una contribución muy importante que marca un camino de cooperación”. Incluso desde Jefatura de Gabinete se cursó una invitación especial a la prensa para presenciar el viernes por la noche en el aeropuerto de Ezeiza la llegada de los dos aviones de Aerolíneas Argentinas que partieron el viernes al mediodía desde Memphis transportando las vacunas.

Pero sin dudas el dato más revelador fue que a útima hora del viernes el Ministerio de Salud de la Nación confirmó que los 3,5 millones de dosis de Moderna que llegan como parte de la donación el gobierno estadounidense no necesitarán ser registradas por ANMAT. Y podrán ser distribuidas y aplicadas sin pasar por los registros que se les exigen a todas las otras vacunas que han ingresado al país producto de compras realizadas en el exterior.

Ocurre que por tratarse de una donación no necesitan pasar por todos los filtros que se les exigen a las dosis que provienen de compras a laboratorios. “Estas dosis, como son producto de una donación, ya están autorizadas y no se necesita registro, porque se toma el registro del país de origen que en este caso es de Estados Unidos, lo cual se puede hacer porque es un país de alta vigilancia sanitaria”, explicaron desde el Ministerio de Salud.

Significa que la ANMAT toma por válido el registro que realizó en su momento la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA), organismo encargado de evaluar y aprobar los medicamentos y vacunas en Estados Unidos.

No ocurrirá lo mismo cuando lleguen las 20 millones de dosis de Moderna que el gobierno argentino compró, porque por no ser producto de una donación tendrán el mismo trato que las vacunas que han ingresado al país hasta el momento producto de compras a otros países, como China (Sinopharm), Rusia (Spuntik) o India (Covishield-Astra Zéneca).

"La disponibilidad de las vacunas de Moderna contribuirá a profundizar la aceleración del Plan de Vacunación COVID-19 en nuestro país, con el fin de proteger a la mayor cantidad de población en el menor tiempo posible", aseguró Salud en un comunicado. Y subrayó que "esta donación, la más grande efectuada por los Estados Unidos en Latinoamérica, se produce luego de la decisión del Gobierno nacional de adecuar la Ley de Vacunas 27.573 que, además, posibilitó que Argentina firme el primer contrato para recibir vacunas basadas en una innovadora plataforma de ARNm contra COVID-19 a partir del primer trimestre del año 2022”.

“Más vale llegar a tiempo que haber sido invitado”, dice el refrán que puede aplicarse a muchas situaciones de la vida. En este caso, justo cuando los invitados rusos estaban teniendo demoras, llegaron los estadounidenses. Casi sin haber sido invitados.

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