Les permitirá a María Cecilia Lira y Juan Ispizúa trabajar y perfeccionarse en institutos líderes de Estados Unidos. En caso de que decidan regresar al país, recibirán un subsidio para instalar un laboratorio.
Dos investigadores graduados de la Universidad Nacional de Quilmes ganaron una prestigiosa beca para trabajar y perfeccionarse en institutos líderes de Estados Unidos, que además les brinda un subsidio en caso de que quieran retornar al país para establecer un laboratorio, motivo por el cual destacan la importancia de los trabajadores de la ciencia en la actualidad y remarcaron la complejidad de actuar en contextos no favorables.
Se trata de una noticia que llena de orgullo a la comunidad universitaria quilmeña, que les brindó la correspondiente formación a estos egresados, quienes de ahora en adelante podrán seguir trabajando en Norteamérica para encontrar curas a enfermedades, para revisar avances en comportamientos corporales y demás. Los protagonistas en cuestión son María Cecilia Lira, licenciada en Biotecnología, y Juan Ispizúa, doctor en Ciencia y Tecnología.
El Programa Pew Latin American Fellows entrega becas a quienes presenten sus respectivos proyectos y estos estudiantes quilmeños tuvieron la gracia de salir seleccionados entre tantos otros. Es por ello que viajarán a Estados Unidos para recibir formación postdoctoral, trabajar en institutos líderes y continuar con sus investigaciones. De hecho, algunas de ellas ya están avanzadas y sueñan con obtener grandes logros.
Lira, por su parte, estudia al glioblastoma, el cual es el tumor más agresivo y declarado incurable, que presenta resistencia a la radioterapia mediante su metabolismo. Con ejemplos simples explicó de qué se trata.
“Particularmente, vimos que las células de glioblastoma sintetizan ácidos grasos después de ser irradiadas. Es como si un restaurante de pastas artesanales que se está por fundir, empiece a producir comida rápida porque le resulta más económico y eso evita que cierre el local. Ahora bien, cómo se induce la producción de ácidos grasos en estos tumores es algo que tenemos que investigar”, sostuvo la graduada.
Por otro lado, Ispizúa estudia en el laboratorio de Tuthill de la facultad de Washington a la mosca de la fruta y cómo funciona su sistema nervioso a partir de una lesión. Dicho insecto puede perder una extremidad pero se adapta a los pocos días y es por eso que tratan de determinar los motivos.
“En los últimos años se generaron conectomas, es decir, mapas completos de todas las conexiones entre las neuronas. Esta herramienta permite investigar cómo el animal procesa información del ambiente y cómo genera respuestas comportamentales. Nuestra idea es generar nuevos mapas durante el proceso de recuperación, para entender cómo es que los circuitos neuronales se están adaptando a semejante herida. Es un proyecto muy ambicioso, pero gracias a esta beca es un poco más posible”, comentó en diálogo con la agencia de noticias de la UNQ.
Es importante resaltar que la institución les brinda un subsidio de 70 mil dólares en caso de que quieran retornar al país para poder montar un laboratorio y continuar con las investigaciones desde acá. Respecto a eso, Lira remarca que es imposible pensarlo en este contexto.
“Mi deseo y mi plan A es volver y ponerlo. El problema es que si el Conicet no abre convocatoria y las universidades siguen en emergencia presupuestaria, hoy por hoy sería muy difícil reinsertarme”, cerró la joven profesional.
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