Luego de haber logrado el subcampeonato en el Mundial de Beach Handball de China, la quilmeña se enfoca en la Liga de Honor Oro. "Nos merecíamos la dorada, pero ya el poder estar en la final del mundo y ser segundas es un orgullo", aseguró.
Luego de haber logrado el subcampeonato en el Mundial de Beach Handball de China en la final perdida contra Alemania, la quilmeña Micaela Corimberto volvió al país para sumarse al conjunto de Mariano Acosta y así enfocarse en la Liga de Honor Oro, pero al mismo tiempo repasó la emoción de su primer gran torneo internacional con su hermana Fiorella, por lo tanto destacó, en diálogo con este medio: "Las sensaciones que me dejó nuestra actuación en el mundial fueron muy buenas. Nos merecíamos la dorada, pero ya el poder estar en la final del mundo y ser segundas es un orgullo, tanto para nosotras como para el Beach handball argentino".
La dama del Acosta fue una de las figuras del equipo de Leticia Brunati y sobre el desempeño del equipo, indicó: "Ganamos ocho partidos y jugando cada uno con una gran calidad. Nos vi muy fuertes y convencidas que íbamos a hacer algo grande y se notó cada vez que salíamos a jugar.
Y agregó, orgullosa de sus compañeras y de su hermana Fiorella: "Esa mentalidad que teníamos de ir partido a partido haciendo lo mejor de nosotras fue lo que nos llevó a no desconcentramos y disfrutar cada momento. Fue una experiencia hermosa que se nos va a quedar para siempre en el corazón".
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