La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, participó ayer de una reunión en Casa Rosada con funcionarios nacionales en la que dio el puntapié inicial al plan para urbanizar las seis villas más emblemáticas de la Provincia.
En principio, el plan se abocaría a proyectos en Puerta de Hierro y San Petersburgo (La Matanza) -donde viven unas 2.500 familias-, Villa Itatí (Quilmes) -es la más grande, con 60 mil habitantes-, La Cava (San Isidro) -donde viven unas 2.300 familias-, Carlos Gardel (Morón) -viven unas 10 mil personas- y Costa Esperanza (San Martín) que cobija a 1.800 familias afincadas a la vera del río Reconquista.
Lo cierto es que ayer por la tarde Vidal y su jefe de Gabinete, Federico Salvai -que tendrá a su cargo la unidad de gestión del ambicioso programa-, y el ministro de Economía provincial Hernán Lacunza, se reunieron con el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana y Carolina Stanley.
La ministra de Desarrollo Social es esposa de Salvai y trabajó codo a codo con Vidal en la gestión porteña en la contención de poblaciones vulnerables. “María Eugenia se reúne bastante seguido en Casa Rosada y con Carolina comparten temas sociales.
La reunión no tuvo que ver con alguna emergencia en el Conurbano”, explicaron cerca de la gobernadora cuando se los consultó respecto de si había preocupación por amenazas de saqueos a supermercados.
Empero, según confió un funcionario a este diario, el principal objetivo del cónclave fue avanzar en el plan para comenzar las obras de cloacas, hábitat y apertura y pavimentación de calles en estos asentamientos. El plan original preveía una inversión de 400 millones de dólares con créditos del Banco Mundial y del BID.
“No están definidas las villas entonces no sabemos bien de cuánto será el financiamiento. Lo sabremos en febrero. Y sólo una parte provendrá de organismos de créditos internacionales: el resto serán recursos nacionales y de la Provincia’, explicó el funcionario consultado.
El proyecto, ventilado por el oficialismo en la previa a las elecciones primarias del 13 agosto, busca por un lado generar mejores condiciones de vida a los habitantes, transformar los asentamientos en barrios que se incorporen a sus respectivos municipios y evitar que el narcotráfico siga penetrando en estos territorios donde, al decir de Vidal, “el Estado estuvo alejado durante décadas”.
Justamente la mandataria provincial recordó este año que visitó una noche la villa Itatí para interiorizarse sobre la realidad de esta zona de Don Bosco, lindera con el Acceso Oeste, y se topó con una vecina que la llevó hasta la casilla en la que “atendía” un narco. La gobernadora bonaerense separó de su cargo al comisario de la zona por presunta connivencia con la venta de drogas.
Con todo, un funcionario del Ministerio de Interior reconocía hace unos meses que el programa también tenía un fin electoral: llegar con estas obras postergadas a un electorado donde Cambiemos ha ido mejorando su performance pero donde aún tiene mucho para “mejorar”.
El presidente Mauricio Macri no participó ayer del encuentro. En paralelo, mantuvo una “reunión de seguimiento” con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que poco antes había participado del debate de la reforma tributaria en Diputados. Más allá de informar sobre el crecimiento del tercer trimestre de la actividad, con un alza del 4,2%, el funcionario dio detalles sobre la negociación legislativa en torno a la reforma tributaria.
Al atardecer el jefe de Estado viajó a Brasilia donde hoy participará de la 51º Cumbre de mandatarios del Mercosur en la que Argentina entregará a Brasil la presidencia pro tempore del bloque regional. A las 18 regresará al país y continuará su actividad desde Olivos.
El viernes encabezaría el brindis navideño con los empleados de Casa Rosada y luego comenzará su descanso de fin de año: tras pasar la Navidad en la quinta Los Abrojos, el lunes viajará junto a su familia hacia el country Cumelén de Villa La Angostura donde recibirá 2018 y pasará unos días de descanso.
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