Con la llegada de la primavera, la urgencia por ponerse en forma y bajar de peso lleva a miles de personas a recurrir a las denominadas "dietas de moda", caracterizadas por ser masivas, prometer resultados duraderos y restringir la alimentación a determinados grupos de alimentos. Sin embargo, esta es la fórmula perfecta para poner en riesgo la salud de quienes la siguen, ya que producen desde desequilibrios nutricionales hasta "efecto rebote", recuperando los kilos perdidos rápidamente.
El nutricionista Silvio Schraier, director de la carrera de Médicos Especialistas en Nutrición de la Facultad de Medicina de la UBA y ex presidente de la Fundación Argentina de Nutrición (FAN), explicó que "la fantasía tradicional es que en la primavera, con la ropa más liviana, hay que relucir el cuerpo y bajar de peso"."Esto es muy bueno si se aprovecha ese envión para emprender un plan de vida más saludable, y así llegar al próximo año con un mejor peso y poder mantenerlo", detalló Schraier.
No obstante, el especialista comentó que "junto a la necesidad de bajar de peso, viene la fantasía de la solución mágica o milagrosa" y remarcó que allí es donde "aparecen las dietas que no tienen ninguna base científica, supuestamente recomendadas por algún famoso".
Según el médico, estos métodos "ofrecen resultados rápidos y duraderos a costa de un gran esfuerzo a corto plazo y cuya única consecuencia segura es el 'efecto rebote', es decir que los kilos vuelven al poco tiempo y de peor forma".
"La ecuación es sencilla: si alguna de las dietas milagrosas diera resultado real, no habría tanta gente con sobrepeso buscando la nueva dieta año a año. La realidad es que el mismo individuo que quiere hoy adelgazar fracasó por intentos anteriores", enfatizó.
Las dietas de moda permiten un descenso rápido de peso, ya que "en lugar de grasa (el objetivo de todo tratamiento para la obesidad), se pierde gran cantidad de agua y de masa muscular", indicó Schraier. "Ello hace que cada vez sea más difícil bajar de peso, puesto que al reducirse la cantidad de músculo disminuye la cantidad de 'maquinaria metabólica' para quemar grasa", comentó el experto.
El especialista indicó que "después de comprobar que las dietas de moda fracasan, se vuelve otra vez a lo sensato, que consiste en un plan alimentario razonable, adaptado al perfil de cada paciente, con una leve reducción de calorías, lógica, a expensas de adecuar el tamaño de las porciones, sin alimentos prohibidos, una actividad física moderada y suplementos dietarios de eficacia probada que contribuyen al descenso de peso".
El nutricionista destacó que "la asociación terapéutica de suplementos dietarios como el ácido linoleico conjugado original (Metabolic Cla) reducen la cantidad de grasa en personas físicamente activas".
"Los efectos se observan en particular en la grasa abdominal, que es la que más riesgo genera para la salud, donde ésta es reemplazada paulatinamente por tejido muscular. Esto se logra mediante un doble mecanismo químico que reorienta el metabolismo graso", explicó el experto. Al referirse al denominado efecto rebote, Schraier manifestó que se produce "por un descenso inadecuado de peso".
"Si, por ejemplo, bajo 10 kilos rápido, lo más seguro es que 8 kilos sean de grasa y el resto agua y músculo. Cuando dejo la dieta y me realimento de golpe, gano más grasa que músculo: recupero los 10 kilos, pero van a componerse casi íntegramente de grasa, que luego será más difícil bajar", detalló el médico.
Además, remarcó que "por si esto fuera poco, la motivación está desgastada en el paciente que se sometió a dietas muy restrictivas durante 15 o 30 días o más y luego recuperó el peso perdido", por lo que destacó que "hay que entender que la obesidad es una enfermedad con componentes socioafectivos, no es una actitud voluntaria".
"Es un paciente que se debe tratar a largo plazo. Se restringe la alimentación en forma exagerada, va a compensar esa restricción con comilonas cuando deje la dieta, y cada vez le cuesta más seguir un plan", dijo el especialista, que se explayó sobre el tema.
Por tal motivo, Schraier recomendó para mantener el peso "desarrollar hábitos saludables" y "no prohibir, sino razonar".
"No sirve coserse la boca porque es necesario alimentarse y de manera equilibrada; tampoco sirve matarse en el gimnasio, porque en el descenso de peso el 70 por ciento se logra con alimentación y apenas el 30 por ciento con actividad física", concluyó.
A estar bien alertas entonces: tener una buena línea es una aspiración legítima, pero hay que tener cuidado con los pasos que se dan. Para completar el informe, adjuntamos a modo de ilustración un cuadro sinóptico con muchas de estas dietas y sus efectos nocivos. A tenerlo muy en cuenta, pues