Existe una alta prevalencia de enfermedades metabólicas en países en dónde los comportamientos circadianos se encuentran alterados, incluyendo hábitos poco saludables como saltarse el desayuno, comer a deshoras, rápidamente y en forma desordenada. Esta fue una de las conclusiones a la que arribaron los especialistas que participaron del 21º Congreso Internacional de Nutrición que se llevó a cabo en Buenos Aires.
Allí se dieron a conocer los avances en el estudio de la Crononutrición y su importancia para combatir, entre otras cosas, enfermedades epidémicas como la obesidad y la diabetes. Además, se abordó el impacto que los horarios de ingesta de alimentos tienen sobre la alteración de los ciclos circadianos y su implicancia en el desarrollo de enfermedades metabólicas.
“Las enfermedades metabólicas, como la obesidad o diabetes, están comenzando a ser consideradas enfermedades cronobiológicas, en donde la Crononutrición podría ser una herramienta importante para mejorar la salud de la población”, expresó la Dra. Carolina Escobar de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Los seres humanos tienen un sistema de reloj circadiano que establece a lo largo del día los tiempos para diferentes procesos fisiológicos en función de los cambios ambientales diarios. De esta forma, el reloj interno indica mediante secreción de hormonas y metabolismo, cuando es momento de comer, dormir, entre otras actividades.
También en función de la ingesta de alimentos el reloj interno establece ritmos para las funciones básicas del organismo, tales como la digestión y absorción de nutrientes. Así, la Crononutrición es una disciplina emergente que se basa en la relación que existe entre el metabolismo humano y el reloj circadiano interno, empleando su estudio en beneficio de la salud para revertir o prevenir enfermedades.
Una dieta excesiva, desordenada o períodos de ayuno prolongados, así como comidas nocturnas fuera de horario pueden alterar los ritmos circadianos y conducir, con el paso del tiempo, a desórdenes metabólicos. También determinados nutrientes pueden afectar el funcionamiento del reloj biológico, como una dieta alta en grasa, carbohidratos de elevado índice glucémico, exceso de sal y la cafeína los principales componentes que pueden modificar los mismos. Asimismo, los trabajos nocturnos que van al revés de lo que el reloj interno indica, pueden afectar el metabolismo y alterar las hormonas del hambre y la saciedad que tientan a comer más y peor.
“La Crononutrición es la ciencia que concluye que la alteración de nuestros ritmos circadianos puede afectar nuestro estado nutricional y conducir a obesidad y síndrome metabólico principalmente. De igual forma, basar nuestros hábitos en nuestro reloj interno podría ser de ayuda para perder peso y cuidar la salud”, afirma Carolina Escobar.