Los mazos de 52 cartas que se conocen actualmente provienen de Francia. Probablemente evolucionaron de las cartas numeradas del tarot. Según cuenta una leyenda, en 1392 con la intención de alegrar al depresivo Carlos VI, los cortesanos le encargaron a Jacquemin Gringonneur que hiciera tres mazos de cartas. El artista, pintó con muchos colores lo que posiblemente eran las cartas del tarot, con un fondo dorado. Por otra parte, se cree que los comerciantes árabes, los cruzados y hasta el mismo Marco Polo introdujeron las cartas en Europa hacia fines del siglo XIV. De esas cartas, evolucionaron tres juegos de símbolos, todos con cuatro palos.
En los juegos italianos y españoles, los palos eran espadas, copas, oros (monedas) y bastos (mazos). Cada palo contaba con tres cartas reales: sota, caballo y rey. Algunos historiadores sostienen que esas cartas provienen de la India, donde los naipes tienen una figura que es mitad Siva, el dios de la destrucción, y mitad Devi, su esposa, y donde las cuatro manos del Dios sostienen una copa, una espada, una moneda y un mazo.