El Centro de Atención a las Adicciones (CPA) ya funciona en Nuestra Señora de Fátima, en Las Heras 241, iglesia a cargo del padre Eduardo Olivera, un luchador por las mejoras sociales en la barriada.
El Centro de Atención de Adicciones -CPA- provincial Nº 19 fue puesto en marcha por el secretario de Salud bonaerense, Carlos Sanguinetti, en la parroquia Nuestra Señora de Fátima de Isla Maciel, Las Heras 241, donde la modalidad será facilitar el acceso terapéutico y romper con la idea errónea de que es el adicto es quien debe acercarse a un lugar totalmente ajeno a su hábitat para iniciar el tratamiento. Se lo irá a buscar.

Un relevamiento reciente en la región donde se ubica el CPA, reveló que la principal sustancia que motiva el inicio al tratamiento es la cocaína, con el 27 por ciento; seguida por el consumo abusivo de alcohol con un 24. En tercer lugar de frecuencia se ubica la pasta base, conocida como "paco", aunque muy cerca de las bebidas alcohólica, con un 21 por ciento.

El nuevo CPA de la Isla Maciel, situado en Región Sanitaria VI, se suma a los 27 servicios existentes en esa zona para prevenir y dar asistencia gratuita a quienes hacen un uso problemático de drogas y alcohol. Durante el año pasado, se atendieron unas 1100 personas los distritos del conurbano que la conforman la zona sanitaria.

Cuadro de situación

De acuerdo al informe de la cartera sanitaria a cargo del doctor Alejandro Collia, como sustancia de inicio de adicciones, más de la mitad de las personas atendidas en la Región VI fueron por consumo de marihuana -55 por ciento-, pero no hubo casi tratamientos.

En cuanto a Isla Maciel, es un barrio de Avellaneda con una población de 7.500 habitantes. Según el sacerdote Francisco Olivera, referente barrial y párroco de Fátima, donde empezó a funcionar el CPA, "cualquier esfuerzo es absolutamente necesario para revertir la problemática". y sostuvo: "es fundamental "desestructurar el acceso a los centros terapéuticos, para lograr un acercamiento sin turnos ni horarios". Pero además, agregó, "es importante no quedarse de brazos cruzados esperando la aproximación voluntaria, sino salir a buscar a los chicos a la calle, conocer su rutina, hábitos y formas de relacionarse para incorporar el tratamiento".