"No es que nosotros queremos que se arregle esta calle y las otras no, pero ocurre que si alguien viera el estado en que se encuentra, la cantidad de autos que pasan y cómo tenemos que cruzar por la falta de semáforos se daría cuenta que la situación es insostenible", relató Luis Bella.
La arteria divide Lanús de Banfield y ha sido motivo de disputas y desplantes por parte de las dos comunas, pero en Lanús aseguran que "las únicas soluciones desde que reclaman las concretó Lomas".
En este sentido, Esther Maciel, vecina de Lanús, agregó: "La calle es un peligro. Hubo muchos accidentes de auto porque no hay un semáforo. Como siempre, es un peligro para nosotros, los más grandes, y para los más chicos. Hace muy poco casi se le meten adentro al muchacho de la parrilla- ubicada en Aconcagua y San Lorenzo- cuando se cruzaron dos coches en la diagonal de la plaza. Es un vergüenza como está el asfalto y los desplantes que nos hacen a los vecinos".
Desde la intersección con 29 de Septiembre, a la altura de la Universidad Nacional de Lanús, hasta su finalización en Coronel Lynch, la vía cuenta con menos de cinco semáforos para más de dos kilómetros de recorrido. Recibe la misma cantidad de automóviles que muchas de las avenidas del distrito, pero los vecinos denuncian que "es una de las calles menos arregladas y más emparchadas".
Bella, que asegura que puede llegar a demorar entre quince y veinte minutos en sacar el auto de su garaje por la gran cantidad de vehículos que transitan por la avenida sin ningún semáforo que detenga su marcha, expresó: "También creemos que se trata de un caso severo de discriminación. La parte Oeste del paso bajo nivel calle Uriarte- fue completamente asfaltada, cuenta con más de diez semáforos en su recorrido y recibe la misma cantidad de autos que la vía Este".
Accidentes fatales Aconcagua, a la altura de Chascomús, rompe con la cuadrícula del mapa y las esquinas se convierten en embudos con poca visibilidad donde girar a 90 grados es más un desafío que una necesidad.
"El año pasado cortamos la calle dos veces para que nos vinieran a poner un semáforo. Acá ya murieron cinco personas en distintos choques. Tenemos una línea de colectivos- el 177- que pasa a todo lo que da y dobla como si nada. En Matanza se cruzan dos colectivos distintos y el caos que se genera es imposible para la vida cotidiana. Hace 25 años realizamos el primer reclamo. Hoy seguimos esperando", explicó María Aguirre.