El Camarín del Teatro: Mariano Cossa, un Coronado de Gloria

l ¿Cómo llegas a la historia de “Coronado de Gloria”?

- En principio por curiosidad. Me intrigó que se supiera tan poco de uno de los autores de un símbolo tan presente en los argentinos como el himno. Cuando empecé a investigar más profundamente, descubrí que era una historia sorprendente y trágica en cierto modo. Blas Parera era español y, cuando nuestro país empezó a ser una nación, a partir del 9 de julio de 1816, se le pidió a todos los extranjeros que se nacionalizaran argentinos. Parera no quiso hacerlo y tuvo que exiliarse. Sin embargo, en España fue recibido bajo sospecha de ser un espía o conspirador anti español. Eso dio la idea central para la trama de la obra.

l ¿Tu interés fue como músico o como autor?

- En primer lugar como autor pero yo soy desde hace muchos años compositor de música para teatro y cuando fui avanzando en la investigación, supe que Parera hizo música para obras de teatro que se representaban en el viejo Coliseo de Buenos Aires. Parece ser que para la celebración del 25 de Mayo de 1812 compuso la música de una obra que había encargado el gobierno con el fin de exaltar los logros de la Revolución -que por ese entonces eran escasos- y que ahí surgió el germen de la música que luego fue el himno nacional. Esto hizo que la historia se me volviera mucho más personal y cercana.

l Tanto los argumentos de Vicente López como los de Blas Parera son razonables y válidos. ¿Qué opinión tenés como artista respecto a la relación arte y política?

- Parera pretende ser un músico puro, romántico, como se veía a los artistas europeos en ese momento; cree que el único fin de las artes es la búsqueda de la belleza, sin más. Vicente López era un abogado y escritor para quien el arte tenía que ser creado en beneficio de la causa y de todo el pueblo. Era la mejor manera de propagar las ideas revolucionarias a la población en una época en la que la difusión de textos impresos era difícil. Yo creo que en todo hecho artístico está implícita una opinión política, porque el artista no es ajeno a su entorno, a su realidad y la de sus semejantes.

l ¿Qué devolución reciben del público al concluir cada función?

- Más que al concluir la función -donde el aplauso es generoso y desbordante-, lo maravilloso ocurre con el público durante la representación. La gente se sorprende con la historia (el comentario general es que se sabe poco de la figura de Blas Parera y mucho menos de los detalles que lo ligaron y separaron de la Historia argentina). El público se ríe y se conmueve. La obra fue dirigida con mucho rigor y precisión por Daniel Marcove quien logró un espectáculo verdaderamente apasionado, logrando de los actores una verdad y una convicción que el público recibe con asombro y emotividad.