La rivalidad que hace años tenían había vuelto. Estaba en juego el número uno del mundo y se iba a decidir en el Masters 1.000 de Cincinatti. Ambos partían como los mejores cabezas de serie y en una posible final iban a dirimir el máximo premio: el liderazgo del ránking de la ATP. Pero eso no podrá ser. Rafael Nadal (2) ni salió a la cancha y ya festeja a lo grande: Roger Federer (3) no podrá jugar el torneo por una lesión y así el español volverá a reinar como hace tres años, favorecido también por la ausencia de Andy Murray, actual líder, que se encuentra lesionado y defendía los puntos de la final del año pasado.
En la final del Masters 1.000 de Montreal, Federer no mostró el nivel de los 16 partidos sin conocer la derrota. Mischa Zverev (7) lo batió con un sorprendente 6-3 y 6-4 en la primera participación del helvético en el certamen, un atisbo de que buscaba el número uno.
“Me he sentido bien durante toda la semana, con algunos dolores y sensaciones incómodas en ciertos momentos, pero esto es algo normal cuando acostumbrás el cuerpo a volver a jugar sobre pista rápida. Necesito ver cómo estoy realmente tras este regreso”, le decía a la prensa Federer.
El lunes no amaneció bien. Los dolores continuaron. El alerta de precaución para un hombre de 36 años se encendió. Finalmente determinó que lo mejor será dejar de lado Cincinatti.
Poco más de tres años después, Nadal resurge. El 23 de julio de 2014 fue la última vez que tocó la cima y a partir del lunes volverá a mostrar que los cambios que realizó a fines del año pasado (entrenador, dieta, estrategias) le sirvieron. “El número uno está en el horizonte de Rafa”, comentó Carlos Moya, su coach. El uno ya lo tiene.