Los panes se pueden hacer en cantidad para
aprovechar toda la levadura y ahorrar tiempo a futuro. Si la receta indica medio
kilo de harina, se puede hacer el doble y colocar en el freezer lo que no se va
a consumir el mismo día.
Para que los panes frizados no pierdan
humedad, conviene frizarlos cuando aún están tibios, envueltos en una bolsa
especial para freezer. Cuando los vamos a comer, los retiramos del freezer un
rato antes o los calentamos unos minutos en el horno. Los panes que llevan leche entre sus
ingredientes suelen tener una miga más suave que los que no llevan y adquieren
un color más dorado en la superficie al ser horneados. Además, son más
nutritivos debido a las propiedades proteicas de la leche. 3 virtudes: la nuez es un producto muy sano
que los nutricionistas aconsejan consumir regularmente debido a sus propiedades
antioxidantes y proteicas. Además, aporta ácidos grasos monoinsaturados y
poliinsaturados que no tienen colesterol. ¿Vale todo?
Los panes con frutas secas y/o disecadas
quedan muy bien si los aromatizamos con ralladura de naranja o de limón. En este
caso, hay que lavarlos muy bien y rallar sólo la superficie, no la parte blanca
porque da un sabor amargo.
Cómo se amasa
La técnica adecuada para amasar cualquier
tipo de pan es replegando la masa hacia adentro y girándola al mismo tiempo. Un
error típico es estirarla con la palma de la mano hacia afuera, rompiendo de
este modo la trama del gluten. Las buenas pasas
Las pasas de uva aportan minerales como
potasio, calcio y hierro. Son ricas en fibras que mejoran el tránsito intestinal
y en betacarotenos que son vitaminas que actúan como antioxidantes en el cuerpo,
previniendo muchas enfermedades.