El día amaneció otra vez- plomizo y con cara de pocos amigos. El cielo cubierto en su totalidad y hasta con algunas pequeñas lloviznas que amenazaban con ofrecer una jornada inestable como la del martes. Sin embargo, vaqueanos, hombres de campo y hasta los profesionales encargados de los anuncios meteorológicos insistieron con que "dentro de un rato va a abrir". Incluso, hasta se anticipó una temperatura máxima de 27 grados, en cuanto el sol se abriera paso entre los nubarrones que ponían cara de desacuerdo.
Entonces, la gama de turistas se dividió dos: por un lado los que inflaron el pecho y resolvieron desafiar el mal aspecto del paisaje y los que prefirieron evitar sobresaltos y corridas. La mañana no tenía una gota de viento y eso, para los agoreros, "es mala señal". Encima, algunas de las nubes eran muy oscuras y, con los temores crecientes ante la probabilidad de una tormenta eléctrica, el grupo de los que votaron por evitar la arena y el mar y elegir salidas alternativas, no tardó encontrar numerosos adherentes.
Las playas quedaron reservadas para los que se aferraron a los fundamentos de quienes aseguraban que el panorama iba a cambiar. De un lado y del otro había buenas noticias; desde Villa Gesell, Irma le contaba a su hija Cecilia que sol brillaba en aquellas playas. Además, vía mensaje de texto, el Gallego se burlaba de Charly (que había elegido Mar del Plata) en vez de su ciudad balnearia preferida, algunos kilómetros más al sur: "Desde Necochea veo que ustedes tienen nubes acá es un día fantástico, igual que ayer, con sol y sin viento".
Poco viento, una temperatura agradable y hasta ratos de sol que le regalaron, a los valientes, la chance de disfrutar de la arena y del mar casi con exclusividad. "¡Qué buena está la playa!", le exclamaba Francisco, con los ojos llenos de alegría, a su madre: "es toda para nosotros, podemos jugar a lo que sea y donde nosotros queramos". Después de las 15, ya el cielo tenía más sectores celestes que grises, pero ya era tarde para que los que paseaban por el centro cambiaran sus planes.